El conflicto oculto dentro del estado fascista por el control de la política económica (3)

por Jehu

Al castellano: Non Lavoro

https://therealmovement.wordpress.com/2015/10/08/the-hidden-conflict-within-the-fascist-state-for-control-of-economic-policy-3/


 Tercera parte: el límite inferior cero y el colapso de la política monetaria neoliberal

 He pasado por este proceso para aclarar por mí mismo la lógica de la discusión actual de las llamadas tasas de interés negativas — un oxímoron como él solo. Esta es la tercera parte de la serie; la primera y segunda parte se pueden encontrar aquí. Espero que también sea de utilidad para los lectores.

Recapitulando mi argumento hasta ahora:

Keynes en su ensayo de 1930, Posibilidades económicas para nuestros hijos, diagnosticó que la causa de la Gran Depresión era la mejora en la productividad del trabajo. Aunque al principio admitía que esta productividad mejorada debía tarde o temprano requerir la reducción de las horas de trabajo, en su ensayo de 1933, The Means to Prosperity, propuso en última instancia la solución mediante una doble estrategia: Primero, el estado debía mantener abundantes créditos con tasas de interés muy bajas para facilitar la inversión privada; segundo, el estado tenía que elevar el gasto total en mercancías a través del gasto deficitario.

Sin embargo, en la década de 1970, esta estrategia — básicamente una estrategia para evitar la reducción de las horas de trabajo — se topó con las enfermedades económicas gemelas del estancamiento y la hiperinflación al límite — a veces llamada estanflación en la prensa popular — lo que llevó a una movida política para deshacerse de la gestión estatal de la economía por completo. Finalmente, este esfuerzo para deshacerse de la gestión estatal es más popularmente conocido en la izquierda por el nombre de neoliberalismo.

Sin embargo, el neoliberalismo es menos de lo que a primera vista parece: lejos de revertir el gasto deficitario y las flexibles políticas de crédito keynesianas, la política monetaria neoliberal simplemente empuja las políticas keynesianas más allá de ese punto donde, según las propias predicciones de Keynes, el estado tiene ahora que ejecutar déficits fiscales continuos y fomentar continuos déficits de comercio exterior — a través de políticas como el NAFTA y el TPP. Así, desde principios de los años ochenta, después de un período de reducción caracterizado por una brutal austeridad impuesta a la economía por la Reserva Federal, Washington persiguió políticas monetarias laxas, déficits fiscales permanentes y déficits comerciales permanentes, cada vez más amplios.

Esto puede verse en los datos proporcionados por la propia Reserva Federal:

Gasto federal deficitario desde la década de 1970:
deficit1970-2013 (2)
Déficits presupuestarios federales de 1900 a 2013
(Banco de la Reserva Federal de St. Louis)

Déficits comerciales de los Estados Unidos desde la década de 1970:

trade_deficitDéficit comercial de Estados Unidos de 1960 a 2011
(Banco de la Reserva Federal de St. Louis)

Tasa de interés de política efectiva desde la década de 1970:

fedfunds19852015Tasa de política efectiva de la Reserva Federal de 1985 a 2015
(St. Louis Federal Reserve Bank)

Después del colapso de las políticas keynesianas, Washington simplemente relajó las barreras a las importaciones y dejó que el déficit comercial se disparara, mientras, por primera vez en la historia de Estados Unidos, ejecutaba una serie ininterrumpida de déficits fiscales en tiempo de paz. A diferencia de la mayoría de los países, Estados Unidos podría hacerlo indefinidamente porque su moneda era además la moneda de reserva mundial. Como moneda de reserva mundial, el dólar de los Estados Unidos es la encarnación de la riqueza social en todas partes.

Comprendiendo la “dominancia monetaria”

El cambio en los métodos de administración de la economía de Washington después de la década de 1970 se conoce a veces como “dominancia monetaria” en algunas publicaciones académicas de economía. La dominancia monetaria es lo opuesto a la “dominiancia fiscal”, en virtud de la cual se mantiene el empleo total del capital productivo mediante un déficit fiscal. Para ser honesto, estos términos no tienen sentido; están diseñados únicamente para ocultar las implicaciones de las políticas financieras tecnócratas; son silbatos para perros empleados por el capital financiero para ocultar la implicación de sus políticas a la plebe.

Para aclarar el significado real de los términos: Bajo la “dominancia fiscal”, el estado garantiza el empleo total del capital y la fuerza de trabajo simplemente empleando a todos los que quieren un empleo pero no pueden encontrar uno, y consumiendo el exceso de capital en fines improductivos. Este es el enfoque adoptado, por ejemplo, por una garantía de empleo, o un programa similar, y por el gasto militar. Bajo la dominancia fiscal, la política monetaria en sí misma se limita a apoyar los objetivos de la política fiscal al mantener bajas tasas de interés y abundante crédito para la inversión privada.

Bajo la “dominancia monetaria” lo cierto es lo contrario: el estado supuestamente asegura el empleo total del capital al depender principalmente del mantenimiento de bajas tasas de interés y de la flexibilización del crédito. Las políticas fiscales de impuestos y gastos se limitan a ayudar principalmente durante los períodos de recesión económica, con los llamados “estabilizadores automáticos”, principalmente en la  forma de cheques de desempleo y cupones de alimentos, y la llamada inversión en infraestructura. El gobierno no garantiza directamente a nadie un trabajo; más bien, la política funciona alentando el empleo privado.

El problema del límite inferior cero

Si el gran problema con las políticas keynesianas de gasto deficitario es la tendencia a la hiperinflación y a los déficit comerciales, el gran problema con las políticas monetaristas es el límite inferior cero. Una vez que las tasas de interés llegan a cero, la política monetaria tiene poco impacto en los préstamos privados, y el capital prestado al estado, incluso durante largos períodos de tiempo, tiene rendimientos muy bajos. El límite inferior cero de las tasas de interés conlleva una gran implicación: la política monetaria ha fallado.

Eso sí, los economistas ya sabían que la política monetaria laxa podría colapsar y Keynes discutió esta posibilidad en su Teoría General. El problema a veces se llama “empujar una cuerda” — el estado sigue reduciendo las tasas de interés hasta que no ya pueden bajar más. Los banqueros centrales, aunque conscientes de la posibilidad, argumentaron que podrían evitar esta trampa mediante métodos poco convencionales como la flexibilización cuantitativa. Argumentaron que una vez que la tasa de política fuera cero, la efectividad de la política monetaria podría mantenerse simplemente falsificando la moneda para aumentar su oferta.

Según su teoría cuantitativa del dinero, los precios en la economía suceden en  función de la cantidad de moneda en circulación. Por lo tanto, falsificar la moneda causaría inflación y obligaría a que las tasas de interés reales volvieran a un rango más normal. Una tasa de interés nominal de cero más una inflación del 2 por ciento significaría efectivamente una tasa de interés negativa. Llegar a una tasa de interés negativa en términos reales es crítico porque se supone que la tasa nominal normalmente no puede ser negativa. La dominancia de los bancos centrales en la economía se basaba en la tonta teoría de que podían crear inflación simplemente falsificando la moneda. Pero si los banqueros centrales no pueden realmente crear inflación, la política monetaria está tan muerta como la política keynesiana anterior.

El límite inferior cero y el colapso del monetarismo

Digo “si” pero de hecho no hay “si” aquí. La política monetaria está muerta. Para ir un paso más allá: la política monetaria siempre fue humo y espejos, y jamás existió en primer lugar. Como señaló Keynes en su ensayo de 1933, una vez que se empleó todo el capital que podía emplearse productivamente en una economía, lo único que las políticas keynesianas podían lograr era crear inflación y déficit comerciales. Todo lo que hizo Washington fue dejar que el déficit comercial se disparara, mientras seguía confiando en el gasto fiscal y las políticas de crédito flexibles.

A partir de la crisis financiera de 2008, esta política neoliberal se ha topado con un callejón sin salida: el llamado límite inferior cero de las tasas de interés, donde las tasas de interés no pueden reducirse más. Este callejón sin salida para la gestión estatal de la economía plantea un problema para el estado fascista, ya que esto  implica que no hay una alternativa obvia, a nivel de la política económica nacional, a la  reducción de las horas de trabajo, con todas las implicaciones inherentes,  que detallé en mi última publicación, de ocurrir la reducción de horas laborales.

Por lo tanto, el conflicto sobre el control de la política económica es un conflicto sobre qué políticas estatales serán necesarias para evitar reducir las horas de trabajo, como Keynes predijo por primera vez que sería necesario en su ensayo de 1930.

Implicaciones del límite inferior cero

Dado que la política fiscal ya fracasó en los años setenta y la política monetaria se derrumbó en la crisis financiera de 2008, no existe una política para evitar que la próxima recesión económica siga su curso natural: el desempleo y la devaluación del capital a una escala que hará que la Gran Depresión parezca una leve recesión. Quiero enfatizar que no me estoy yendo en una hipérbole en este punto: las fuerzas que Keynes identificó como causantes de la Gran Depresión — la reducción de la necesidad de trabajo que supera el ritmo para nuevos usos del trabajo — no terminaron con ese evento. Han seguido acumulándose durante los últimos ochenta años. Como lo demuestra la quiebra de Lehman Brothers, si incluso un evento relativamente pequeño no puede ser contenido por el estado fascista, el desempleo alcanzará probablemente el 100% con una velocidad que es inimaginable hoy en día. Un colapso irreversible está ya a la espera en el modo de producción.

Con base en lo anterior, se puede ver que mucho depende de encontrar una política alternativa ahora que se ha encontrado el límite inferior cero en la política monetaria.

Pasaré a esto a continuación.