¿Podemos abolir el trabajo, por completo y ahora mismo? (Parte 3)
por Jehu
Al castellano: Non Lavoro
https://therealmovement.wordpress.com/2013/06/01/can-we-completely-abolish-labor-right-now-part-3/
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- Tiempos de trabajo capitalistamente determinado, materialmente determinado y superfluo
Si entiendo el argumento de Postone en su libro Tiempo, trabajo y dominación social, (y él puede hablar de esto si lo estoy leyendo mal) en el modo de producción capitalista el valor (es decir, el “tiempo de trabajo socialmente necesario”) aparece no en una, sino en dos formas históricamente determinadas distintas. Hasta donde sé, Postone es el primer teórico desde Marx y Engels en mostrar cómo es que estas dos formas de tiempo de trabajo están integradas en el modo de producción capitalista. Él define las dos formas de valor como:
“El tiempo de trabajo total determinado como socialmente necesario por el capital, por un lado, y la cantidad de trabajo que sería necesario … si fuese la riqueza material la forma social de riqueza, por el otro”.
Hay, como explica Postone, una duración del tiempo de trabajo socialmente necesario que surge de las necesidades materiales del productor social, el cuerpo combinado de todos los trabajadores dedicados a la producción social, y una duración distinta y separada del tiempo de trabajo socialmente necesario que surge de las necesidades del propio modo de producción capitalista. Me referiré al tiempo de trabajo total de la sociedad como el tiempo de trabajo capitalistamente determinado y a la cantidad de trabajo que sería necesaria si la riqueza material fuera la forma social de riqueza como tiempo de trabajo materialmente necesario .
No hay nada que diga que estas dos duraciones de tiempo de trabajo socialmente necesario deben ser las mismas. De hecho, las crisis recurrentes del modo de producción capitalista no son más que un ajuste forzado de estas dos duraciones del tiempo de trabajo socialmente necesario. Además, como muestra Postone en su reconstrucción de la categoría de tiempo de trabajo superfluo de Marx, el objetivo de la producción capitalista es la extensión constante y cada vez mayor del tiempo de trabajo más allá de la duración requerida para las necesidades de los productores sociales. Es decir, el objetivo del modo de producción es mantener y aumentar, por todos los medios a su alcance, el desequilibrio entre las dos duraciones del tiempo de trabajo socialmente necesario: generar constantemente trabajo que sea completamente superfluo para la sociedad.
Postone explica que, en cierto punto del desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad capitalista, estas dos formas de tiempo de trabajo ya no pueden resolverse mediante crisis, sino que dan lugar a una tercera categoría de tiempo de trabajo: el tiempo de trabajo superfluo:
“Con la producción capitalista industrial avanzada, el potencial productivo desarrollado resulta tan enorme que surge una nueva categoría histórica de tiempo “extra” para muchos, permitiendo una drástica reducción del tiempo de trabajo socialmente necesario en sus dos aspectos, así como una transformación de la estructura del trabajo y de las relaciones del trabajo con otros aspectos de la vida social. Pero este tiempo extra surge sólo como potencial: estructurado por la dialéctica de la transformación y de la reconstitución, existe en forma de tiempo de trabajo “superfluo”. El término refleja la contradicción: según lo determinado por las viejas relaciones de producción, sigue siendo tiempo de trabajo; juzgado en términos del potencial de las nuevas fuerzas de producción, es, en su antigua determinación, superfluo.”
Postone demuestra teóricamente que el tiempo de trabajo superfluo de la sociedad — la masa de tiempo de trabajo improductivo que puede ser inmediatamente abolido, convertido en tiempo de ocio para la gran masa de la sociedad, para la clase trabajadora — no es más que la diferencia entre el tiempo de trabajo necesario para la existencia continua de las relaciones de producción capitalistas (tiempo de trabajo capitalistamente determinado) y el tiempo de trabajo necesario para satisfacer las necesidades de la clase trabajadora (tiempo de trabajo materialmente necesario).
Ambas duraciones distintas y desiguales del trabajo socialmente necesario coexisten dentro del tiempo de trabajo total de la sociedad. Sin embargo, no forman partes separadas del día de trabajo social como podría uno imaginarse, sino que marcan al mismo gasto de trabajo con dos medidas del valor distintas y desiguales. Y, de acuerdo con nuestra noción de que todo el trabajo en el modo de producción capitalista es una sola masa indiferenciada de trabajo abstracto homogéneo, no hay forma de distinguir directamente el tiempo de trabajo capitalistamente determinado del tiempo de trabajo materialmente necesario.
Como dije en la sección anterior de esta serie, en la teoría laboral, podemos medir indirectamente el tiempo de trabajo socialmente necesario contenido en cualquier mercancía en la forma de su expresión material en alguna cantidad definida de un dinero-mercancía. Sin embargo, si hemos de creer a los teóricos marxistas, el tiempo de trabajo socialmente necesario ahora tiene dos medidas diferentes: una masa de tiempo de trabajo productivo y una masa de tiempo de trabajo improductivo (o, en el argumento de Postone, superfluo). Sin embargo, Postone es claro: la masa de trabajo superfluo realizado por la sociedad es superfluo desde el punto de vista de la sociedad futura. Con respecto a la sociedad actual, sigue siendo “tiempo de trabajo socialmente necesario” según lo determinado por las relaciones de producción capitalistas.
Por lo tanto, tenemos dos duraciones distintas del tiempo de trabajo socialmente necesario dentro del mismo gasto de trabajo, cada uno de los cuales debe expresarse en la forma de un dinero distinto. El punto donde estas dos duraciones desiguales de tiempo de trabajo socialmente necesario adquieren cada una su propia expresión monetaria es un momento histórico mundial en el desarrollo del modo de producción capitalista. Es el punto en el desarrollo de las fuerzas productivas creadas por el capitalismo donde las dos duraciones del tiempo de trabajo socialmente necesario ya no pueden equilibrarse, ni siquiera a través del ajuste forzado producido por las crisis. Ese punto se alcanzó, creo yo, en el período que comienza con la Gran Depresión y termina con el colapso de Bretton Woods en 1971.
No es posible que haya, como en el capitalismo tardío, dos duraciones distintas y desiguales del tiempo de trabajo socialmente necesario — tiempo de trabajo capitalistamente determinado, por un lado, y tiempo de trabajo materialmente necesario, por otro — sin que esto se exprese en dos formas distintas y contradictorias de dinero. Para que el argumento de Postone sea correcto, la medida del tiempo de trabajo socialmente necesario no solo debe expresarse en dos dineros distintos y contradictorios, sino que estos dos dineros distintos deben expresar duraciones desiguales del tiempo de trabajo socialmente necesario. Bajo las restricciones de la teoría laboral, por lo tanto, solo es posible separar el tiempo de trabajo capitalistamente determinado del tiempo de trabajo materialmente necesario comparando el tiempo de trabajo total de la sociedad como es expresado por las dos formas contradictorias de dinero: un dinero-mercancía y una moneda fiat emitida por el estado.
- La relación entre las dos formas de dinero.
Mostré por qué creo que la reconstrucción de Moishe Postone de la categoría de la teoría laboral, tiempo de trabajo superfluo, implica dos dineros. Se requieren los dos dineros porque la duración total del tiempo de trabajo abstracto homogéneo en la “economía” materializa dos cantidades separadas y contradictorias de tiempo de trabajo socialmente necesario. La primera cantidad es la cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario que se requeriría si la riqueza material fuera la forma social de la riqueza. Es decir, si la producción de riqueza estuviese dirigida a la satisfacción de las necesidades materiales de los productores. La segunda cantidad de tiempo de trabajo socialmente necesario es la duración del tiempo de trabajo que está históricamente determinada por las relaciones capitalistas.
El objetivo de las relaciones capitalistas, sin embargo, es la producción de plusvalía, de ganancia, que por definición requiere más horas de trabajo. En la actualidad, cada gasto de trabajo en la economía, por lo tanto, tiene dos duraciones de tiempo de trabajo socialmente necesario que son desiguales y que requieren su propia expresión monetaria. En los Estados Unidos, esos dos dineros distintos son el dólar y el oro.
La pregunta que le preocupa a cada tenedor de dinero de cualquier tipo es: “¿Cuánto puede comprar esta cantidad definida de dinero?” Es responsabilidad de la Oficina de Estadísticas Laborales [BLS, Bureau of Labor Statistics] rastrear el supuesto poder adquisitivo del dólar y publicar datos al respecto. Estos datos se publican periódicamente en varias formas, la más comúnmente referenciada es el Índice de Precios al Consumidor [IPC]. Según Wikipedia, el IPC, establecido por primera vez en 1919, es una medida de serie temporal del nivel de precios de los bienes y servicios de consumo.
“La BLS calcula actualmente miles de índices de precios al consumidor, comenzando con los precios promedio mensuales de cada una de las 8.018 combinaciones de categoría-área (211 categorías de artículos de consumo en 38 áreas geográficas urbanas). También hacen un seguimiento de cuántas de estas combinaciones de categoría-área está en la “canasta de mercado” consumida por diferentes grupos de personas”.
La canasta de bienes se determina mediante una encuesta bastante exhaustiva a personas en todo el país para documentar sus hábitos de consumo.
Abordaré esto a mayor cabalidad en otra publicación, pero hay que decir algo en este punto: esta canasta de mercado no es más que el precio promedio de la fuerza de trabajo expresado en forma de una canasta de bienes que consume la clase trabajadora. Puesto que el dólar emitido por el estado fascista carece de valor, el valor real de la fuerza de trabajo debe aproximarse empleando una canasta típica de productos que componen la subsistencia de la clase trabajadora. Los cambios en la canasta de productos a lo largo del tiempo rastrean aproximadamente los cambios en los salarios de la clase trabajadora.
Ahora, ¿por qué sería bueno saber esto?
Porque el objetivo del capital es la producción de plusvalía, es decir, de una cantidad de valor que excede al valor de la fuerza de trabajo. Para ser claros: el IPC no mide los cambios en los precios agregados en la economía, es un intento de medir los cambios en el valor de los salarios. Por lo tanto, no cabe duda de por qué Washington ha estado alerta contra los peligros de la “inflación”: su única preocupación es controlar los salarios. La única preocupación que tiene Washington con respecto a la inflación en la economía es el efecto que tiene su falsificación de dólares en el aumento de los salarios.
Si a Washington le preocupara la inflación de precios en general, esta preocupación se dirigiría hacia la depreciación del llamado poder adquisitivo del dólar que resulta de su falsificación. Hay una manera muy simple de medir el poder adquisitivo decreciente del dólar, que no requiere una encuesta exhaustiva de los hábitos de consumo de 300 millones de ciudadanos. Este método está dado en la teoría laboral por la relación entre la cantidad de moneda en circulación y la masa de dinero-mercancía que representa esta moneda.
Marx lo dice de esta manera:
“Si el papel moneda excede el límite apropiado, que es la cantidad de monedas de oro de similar denominación que pueden circular, esto ocasionaría, además del peligro de acarrear desprestigio, que sea representada sólo aquella cantidad de oro, que de acuerdo con las leyes de la circulación de mercancías, es requerida y es exclusivamente capaz de ser representada por papel. Si la cantidad de papel moneda emitida fuera el doble de lo que debería ser, entonces en los hechos, £1 sería el nombre del dinero no de 1/4 de onza, sino de 1/8 de onza de oro.”
Es decir, no importa la cantidad de moneda falsificada por el estado fascista, esta moneda solo representará la cantidad de oro que podría reemplazarla en circulación.
Para encontrar el valor representado por cualquier cantidad de moneda, ya sea el precio en dólares de una sola mercancía o el PIB total de los Estados Unidos producido en un año, el método es el mismo: primero se debe establecer la tasa de cambio entre dólares y cierta cantidad definida de oro para ese período.
Ese tipo de cambio no puede definirse en términos de dólares, sino que debe definirse en términos de oro. Entonces, la tasa de cambio de dólares por oro no es de U$ 20,67 por onza, ni de U$ 35 por onza, ni siquiera de U$ 1.400 por onza hoy. Esto se debe a que, en la teoría laboral, el dinero no tiene precio. Más bien es una tasa de conversión donde el valor representado por un solo dólar se expresa en la forma material de alguna cantidad de oro. Por lo tanto, en lugar de “U$ 35 por onza de oro”, tenemos “un dólar representa 1/35 de una onza de oro”.
La aplicación de esta medida nos permite ver la depreciación del llamado poder adquisitivo de los dólares, en lugar de enfocarnos en lo que la BLS quiere que nos enfoquemos: el cambio en el precio de la fuerza de trabajo en el tiempo. La BLS quiere que nos enfoquemos en el cambio en el precio de la fuerza de trabajo — los salarios — porque ve las cosas desde el punto de vista de la clase capitalista, y espera que nosotros también lo veamos desde este punto de vista.
Pero a la mierda la BLS.
No nos preocupa el cambio en el precio de la fuerza de trabajo en el tiempo, pues solo apuntamos a abolir los salarios y el trabajo mismo. Queremos ver los cambios en los precios a lo largo del tiempo, para comprender cuánto trabajo podemos abolir en este momento en función del argumento de Postone.
Aquí está la depreciación del dólar debida a la falsificación estatal según lo informado por el Índice de Precios al Consumidor de la BLS:
Cambio anual en el IPC-U 1913-2012 (BLS)
Aquí está la depreciación del dólar medida por la cantidad de dólares que representa una onza de oro.
Tasa de conversión de dólares para una onza de oro 1913-2012 (Kitco)
Aquí hay una comparación de la depreciación en dólares reportada por la BLS versus la depreciación real medida en oro
IPC de depreciación del dólar versus oro 1913-2012 (BLS, Kitco)
Así como la BLS subestima el desempleo, durante años ha subestimado la tasa a la que los dólares están siendo depreciados por la falsificación de la moneda hecha por Washington. Esto sería malo si nuestro objetivo fuera simplemente marcar los efectos de la falsificación del estado fascista en el poder adquisitivo de tu cheque de pago. Pero no me preocupa en absoluto el poder adquisitivo de los dólares sin valor que recibiste a cambio de tu fuerza de trabajo.
El punto es que los dólares son “dinero tonto” [dumb money], una moneda sin valor al que se le puede hacer realizar cualquier truco que el estado fascista quiera que realice. Si el estado fascista quiere que los dólares mantengan bajos los salarios al tiempo que permite que aumenten los precios de todas las demás mercancías, puede hacerlo. De esta manera, puede subsidiar las ganancias sin que tú ni nadie más lo note.
Sin embargo, el estado fascista no puede engañar al oro, porque no es una moneda tonta. Es dinero-mercancía y solo refleja los valores realmente materializados en mercancías. Si quieres saber el precio de algo, miras los dólares; pero si quieres saber el valor de cualquier cosa, es decir, el tiempo de trabajo socialmente necesario materialmente requerido para producirlo, debes mirar el oro.
A continuación, mostraré cuán poco valor materialmente determinado crea tu trabajo y, en base a esto, la masa del trabajo social actual que puede ser abolida de inmediato y de un solo golpe.