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La verdad de anatman

Tom Pepper

Al castellano: Non Lavoro


¿Qué significa ser un budista fiel?

¿Cuál es tu postura con respecto a lo que me gusta llamar el Evento Buda? Me refiero a “evento” en el sentido en que Badiou usa el término: el surgimiento de una verdad en el discurso o la práctica humana, la aparición de alguna verdad que, aunque ya verdadera, no fue reconocida como verdadera en el Mundo. Solo hay verdades en el Mundo humano, para Badiou, nunca en la naturaleza — porque es sólo el Mundo construido humanamente, el reino de la ideología, de las estructuras sociales y los sistemas simbólicos, el que puede excluir la aparición de alguna verdad; esto no puede suceder en la naturaleza, donde lo que existe simplemente es. En el curso de lo que a menudo se conoce como la Era Axial, ocurrió una serie de eventos de verdad, una serie de verdades que aparecieron en los Mundos de varias culturas. Lo que yo llamo el Evento Buda, entonces, es la aparición en India de una de las verdades más importantes pero esquivas para la especie humana: la verdad de que hay dos esferas o niveles o registros de la realidad, la realidad del universo independiente-de-la-mente, que es intransitiva y existe completamente indiferente a nosotros, y la realidad producida por el ser humano, que es transitiva, abierta al cambio y colindante con la humanidad, pero que aún posee poderes causales reales — podemos cambiar nuestro Mundo, pero no podemos cambiarlo por capricho, o de cualquier manera que nos plazca, porque tiene una cierta estructura e influencia causal sobre nuestros actos.

Esta Verdad podría surgir gracias a la aceptación de la Verdad más elusiva de todas: anatman. Traducido a menudo erróneamente como “ausencia de sí-mismo” o “ausencia de ego”, es el núcleo de la enseñanza budista sin el cual nada más en el budismo puede realmente hacer sentido, y el rechazo del cual lleva a la insistencia en la complejidad y la naturaleza mística del pensamiento budista. En resumen, anatman es simplemente la Verdad de que no hay nada que sea, de cualquier manera, trascendente, nada que no esté sujeto al cambio, nada que no dependa de causas y condiciones de existencia. No hay alma, ni conciencia o mente trascendentes, ni un “yo verdadero” eterno. Todo lo que somos surge por causas que se pueden explicar, y todo lo que somos eventualmente dejará de existir .

Lo que quiero discutir brevemente aquí son los tipos de sujetos que dicho evento de verdad tiende a engendrar — y el Evento Buda no es una excepción. Badiou, en Lógica de los Mundos, ofrece una tipología del sujeto en términos de su relación con la aparición de una verdad. El sujeto puede ser fiel, reaccionario u oscurantista. (Los dos últimos a veces son traducidos como “reactivo” y “oscuro”, pero prefiero esta traducción porque hace énfasis en que el término nombra la función de la posición del sujeto y no sus cualidades).

El sujeto fiel es el que nota el evento de verdad e intenta forzar su aceptación en el mundo. “Forzar” es un término tomado de la teoría de conjuntos, y se refiere al intento de transformar las prácticas e instituciones discursivas del mundo de tal manera que la verdad se vuelva demostrable, que pueda aparecer y ser dicha; en cierto sentido, ofrece una “prueba” de una verdad que hasta ahora sólo ha captado “intuitivamente”. Hasta que no sea “forzada” a aparecer, una verdad es indeterminada, no parece pertenecer al Mundo, y está al margen de los discursos y las instituciones — existe, pero no aparece oficialmente (Badiou usa el ejemplo de los trabajadores indocumentados en Francia). El sujeto fiel se da cuenta del evento de verdad, la ocurrencia en un Mundo de algo que parece ser una contradicción, un exceso, algo que no puede ser explicado, y este sujeto lucha por rehacer el Mundo para hacer que esta verdad aparezca. Como dice Badiou, el sujeto fiel “engendra la expansión del presente y expone, fragmento a fragmento, una verdad” (53).

El sujeto reaccionario rechaza la existencia de esta verdad. Como el sujeto fiel, el sujeto reaccionario sólo se convierte en sujeto por la existencia de una verdad que amenaza la estabilidad y cierre del Mundo; todos los sujetos son sujetos sólo en relación con alguna verdad. Para el sujeto reaccionario, es imperativo negar la existencia misma de esta verdad para contener la expansión del sujeto fiel y asegurar que todo siga como estaba, pretendiendo que el estado actual de las cosas es completo, pleno, no contradictorio; este sujeto nos asegura que todos los beneficios del progreso pueden obtenerse sin ningún cambio fundamental en nuestros discursos y prácticas existentes. Vemos esto, por ejemplo, en la actual moda de la neurociencia y la meditación, que intenta insistir en que podemos obtener cualquier beneficio útil del budismo por completo en las ideologías positivistas y empiristas del capitalismo; o, en la insistencia popular de que el budismo siempre ha sido “apolítico”, una religión “personal” que nos pide que no cambiemos nada en el mundo; o, en el peor de los casos, en las afirmaciones de que el budismo es perfectamente compatible con el capitalismo, no es más que la mejor ideología en la que podemos sobrevivir al horrible futuro del capitalismo global y la destrucción global que no podemos prevenir.

El sujeto oscurantista objeto es aquel que “recurre sistemáticamente a la invocación de un pleno y puro Cuerpo trascendente, un cuerpo ahistórico o anti-acontecimental” que “tiene el poder de reducir al silencio aquello que afirma el evento, impidiendo que exista el cuerpo real” (59-60). El sujeto oscurantista apela a alguna verdad inefable y más allá de las palabras, a la que la ciencia amenaza con destruir, lo “verdaderamente humano” que escapa a la razón, y sólo se encuentra en revelaciones milagrosas y está siempre oculto en oscuros orígenes. Vemos esto en el budismo-x cada vez que hay una insistencia en que el despertar está más allá del lenguaje, que el Buda nunca utilizó el lenguaje para enseñar, que si esperamos iluminarnos no debemos pensar, o que el objetivo final es una “conciencia sustrato” plena y pura, la naturaleza búdica o el “yo verdadero”. Vemos este sujeto siempre que se aplastan los argumentos con apelaciones a la tradición o a citas de sutras o a linajes.

Es importante que recordemos que en este sentido, el sujeto, como usa Badiou el término, no es un individuo. El sujeto es una práctica social colectiva, un discurso, una ideología, y siempre requiere de múltiples individuos actuando juntos. Esta es la única forma en que alguna vez tenemos alguna agencia, a través de la producción de prácticas sociales que “exponen, fragmento a fragmento, una verdad”. Los sujetos reaccionarios y oscurantistas, entonces, tenderán a tomar la forma de estrategias de contención, de instituciones sociales diseñadas para evitar el surgimiento de la verdad y frenar la incorporación de un mayor número de individuos al colectivo del sujeto fiel. Estas pueden ser instituciones educativas, que funcionan exactamente para prevenir cualquier verdad amenazante produciendo interminables “modificaciones” del sistema de conocimiento y llamándolas cambio. Gary Potter, en un excelente ensayo en The Journal of Critical Realism, explica cómo funciona el sistema educativo mediante lo que él llama “mistificación estructural”, no prohibiendo la producción de la verdad sino organizando prácticas discursivas de tal manera que nadie que tenga éxito en la institución académica tendrá un interés real en producir verdades peligrosas; los que tengan éxito serán solo aquellos que estén completamente comprometidos con la persistencia del status quo. Sin embargo, estas estrategias de contención también pueden ser mucho menos “oficiales” que esto, apareciendo como organizaciones de base que buscan “volver a la naturaleza” o “volver a nuestra verdadera naturaleza humana”. En el budismo-x, podemos ver una mezcla de estrategias de contención, en la sofocación de la amenazante verdad del Evento Buda bajo la amorosa atención de los sujetos reaccionarios y oscurantistas, que luchan entre sí para distraer la atención del sujeto fiel al que intentan ahogar.

Ser un budista fiel es trabajar por la aparición de la Verdad del Budismo en nuestro Mundo. Esta Verdad puede surgir, y ha surgido, en otros discursos — no tiene nada de culturalmente específico, no requiere suposiciones racistas sobre la diferencia entre asiáticos y europeos. Forzar esta Verdad, entonces, requiere que estemos abiertos a todos y cada uno de los discursos que puedan contribuir a su aceptación. También requiere el abandono total de la reverencia por textos sagrados o maestros autorizados. La verdad es contenida por el apego a textos que se supone que han sido de alguna manera revelados divinamente, y generalmente es contenida con el establecimiento de instituciones autorizantes que funcionan por decidir qué cuenta como verdad.

Mi esperanza para este blog es simplemente encontrar compañeros budistas fieles, para producir un sujeto fiel colectivo que opere en forzar la aparición de esta verdad.

Con ese fin, entonces, comenzaré por ofrecer una “hipertraducción” de un pasaje del canon Pali. Este pasaje en particular se usa con frecuencia para justificar la continuación de la creencia en un sí-mismo trascendente, y para afirmar que el Buda no rechaza su existencia. Mi hipertraducción intenta aclarar ese malentendido. Alain Badiou usa el término hipertraducción para referirse a su nueva interpretación de La República de Platón, que intenta producir “algo sorpresivamente nuevo,  expandiéndolo, reduciéndolo, actualizándolo y dramatizándolo, leudándolo con humor y revitalizándolo con su propio léxico filosófico” (Spitzer, pág. xxiv). Planeo hacer más de estos, centrándome en aquellos pasajes que con mayor frecuencia se malinterpretan o se citan para oscurecer la Verdad de anatman y apoyar la ilusión de una entidad trascendente tipo-atman. Cualquier sugerencia sobre pasajes problemáticos será bienvenida.

Aquí está mi intento inicial, entonces. ¡Espero encontrar a otros interesados en unirse a este Sujeto Fiel de la Verdad Colectivo!


 

Los discursos conectados

Parte IV: El libro de las seis bases sensoriales

Capítulo X: Lo no-declarado

10: Ananda (¿Existe un sí mismo?)

Vacchagotta siempre tenía preguntas para el Buda. No era del tipo de persona que espera demostrar su propia superioridad con sus preguntas, o confundir con sofismas. Simplemente no lo entendía del todo. Estaba particularmente atrapado en la idea de anatman. O bien hay, o no hay un sí-mismo, le pareció. Simplemente no hay una tercera opción, ¿verdad?

Aún así, cuando le preguntó al Buda “¿Existe un sí-mismo?”, el Buda permaneció en silencio.

Entonces preguntó: “¿No hay sí-mismo?”, el Buda permaneció en silencio.

Vacchagotta se rindió y se fue a pensar por qué no obtenía una respuesta.

Después de que se fue, Ananda se acercó. Le preguntó “¿Por qué no le respondió?”

El Buda le dijo: “Si hubiera dicho que hay un sí-mismo, Vacchagotta lo habría entendido mal. Habría creído que le estaba diciendo que hay un atman, un núcleo inmutable y eterno en nuestro ser. Habría pensado que yo estaba tomando la misma posición que los vedantistas. Habría entendido que yo decía que este cuerpo, estos pensamientos, mi trabajo, mis acciones, mis hábitos, todo esto es una mera ilusión, nada de esto es mi verdadero sí-mismo, que nunca cambia. Esta es la forma en que mucha gente toma lo que digo; creen que por anatman quiero decir que el sí-mismo convencional, construido por acciones, cuerpo, prácticas sociales, no es el real y verdadero sí-mismo. Esto no es en absoluto lo que me gustaría que pensara. En cambio, estas cosas son las únicas cosas que son el sí-mismo, son muy reales, no son mera ilusión. Pero no hay atman, ningún núcleo inmutable del sí-mismo separado de estas cosas. No podria decirle a Vacchagotta que hay un sí-mismo, porque todavía no puede concebir un sí-mismo que sea real, pero completamente convencional, completamente construido por causas y condiciones.

A la vez, no podría decirle que no existe el sí-mismo. Si dijera esto, pensaría que soy uno de esos fuertes constructivistas posmodernos. Pensaría que estaba diciendo que no hay sí-mismo en absoluto, que todo es una mera ilusión, por lo que no necesitamos hacer nada al respecto. Pero esto es, nuevamente, lo contrario de lo que quiero decir. Porque el sí-mismo es construido, y este sí-mismo construido es todo lo que hay, es el único que hay, debemos estar más preocupados por cómo se construye. Y no podemos engañarnos pensando que podemos simplemente reconstruirlo por capricho, que no es sustancial y no tiene poder causal, ni impulso inercial propio. El sí-mismo sólo puede construirse con gran esfuerzo y cambiando las prácticas sociales en las que vive, no por capricho. ¿De quién sería este capricho? Esto supondría de nuevo que hay un atman, separado de este sí-mismo convencional.

Así que no pude responder a las preguntas de Vacchagotta de la forma en que las planteó. Necesita reconsiderar las suposiciones que enmarcan sus preguntas, antes de que pueda comenzar a comprender el concepto de anatman.

 


Obras citadas

Badiou, Alain. Logics of Worlds. Trans. Alberto Toscano. London: Continuum, 2009.

Potter, Garry. “Power and Knowledge: A Dialectical Contradiction,” Journal of Critical Realism 9.2, 2010.

Spitzer, Susan. “‘Tranlator’s Preface’ to Plato’s Republic, by Alain Badiou.” New York: Columbia University Press, 2012.