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¿Una teoría competa de las crisis económicas capitalistas? Una apreciación de la obra de Sam Williams

Terry Coggan

Al castellano: Non Lavoro

https://convincingreasons.wordpress.com/2017/04/15/a-complete-theory-of-capitalist-economic-crises-an-appreciation-of-the-work-of-sam-williams/


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Primera parte (de dos): las implicaciones de la teoría del dinero-mercancía de Marx

No serán muchos quienes hagan una contribución original a la ciencia económica. Seguiremos necesariamente siendo más sus consumidores que sus productores. Incluso los partidos marxistas, que aunque cuentan con la ventaja, por sobre los individuos, de poder funcionar como una “máquina de pensamiento colectivo”, dependen, en cierta medida, de los “expertos” profesionales en el campo — estadísticos gubernamentales, economistas académicos, periodistas de negocios, analistas de mercado de una u otra especie. Pero los políticos revolucionarios deben saber lo suficiente como para poder abordar críticamente la producción de estos especialistas, incluidos, o quizás especialmente, los marxistas, para reconocer así lo que es útil y lo que no.

Recordando el requerimiento de Lenin de que “sin teoría revolucionaria no puede haber movimiento revolucionario”, todo partido obrero serio sabe que debe educar a sus miembros en la teoría marxista, incluida la teoría económica. ¿Pero cuánta economía necesitan saber sus cuadros? Algo, sin duda. Por ejemplo, todo comunista debería ser capaz de familiarizar a sus compañeros de trabajo con lo que Marx consideraba su mayor logro científico, la teoría de la plusvalía, es decir, describir teóricamente lo que muchos trabajadores saben desde su experiencia de vida: que la sociedad capitalista se basa en la explotación. En términos más generales, si bien los comunistas evitan elaborar planos detallados para la sociedad después del capitalismo, deberían poder describir algunas de sus características generales, y esto ya supone conocer algunos conceptos económicos básicos y su desarrollo histórico. No se puede decir, por ejemplo, que bajo el comunismo no habrá dinero, sin poder explicar el origen y las funciones del dinero en la sociedad de clases, lo que equivale ya a una porción considerable de la economía marxista.

¿Qué pasa con la cuestión de las crisis que se repiten en la economía capitalista? ¿Existen causas comunes para la Gran Depresión de los años treinta, las recesiones de “estanflación” de mediados de los setenta y principios de los ochenta, y la depresión de 2007-09 y el subsiguiente “estancamiento secular”? ¿Cuál es la conexión entre los ciclos comerciales o industriales de diez años y los cambios a más largo plazo en la curva del desarrollo capitalista? ¿Estas “ondas largas” acaso existen?

¿Acaso estas preguntas tienen que definirse antes de que se pueda hacer una revolución socialista exitosa? No necesariamente, en mi opinión. Es dudoso que muchos miembros del Partido Bolchevique o del Movimiento 26 de Julio hayan resuelto estos problemas antes de la victoria de las revoluciones que lideraron. Pero poder hacerlo, o incluso lograr un progreso sustancial en esa dirección, fortalecería enormemente la armadura del movimiento de los trabajadores en su lucha hacia su objetivo final. Al menos, los comunistas deben poder demostrar que las crisis son resultados legítimos de las leyes de movimiento del sistema capitalista, y no solo eventos más o menos accidentales que pueden evitarse si los gobiernos o los bancos centrales adoptan las políticas económicas correctas, que es el supuesto del que parten todos los economistas burgueses o “convencionales”, de izquierda o derecha.

Creo que en su blog A Critique of Crisis Theory, el tema de este artículo [1], Sam Williams ha hecho una contribución significativa en esta dirección. Cuando los comentaristas señalan deficiencias u omisiones en el trabajo de Marx, la culpa suele ser de ellos y no de Marx, pero es indudablemente cierto que Marx no dejó una teoría completa de las crisis. Esto ha dejado un espacio para que surjan diferentes escuelas de teoría de las crisis en el ámbito general marxista. Las dos más influyentes son la escuela del subconsumo o de la falta de demanda efectiva, y la escuela de la caída de la tasa de ganancia. Williams revisa extensamente ambas y, aunque no rechaza ninguna de ellas, las considera inadecuadas tal como son.

Sobreproducción de mercancías y subproducción del material monetario

Su teoría propia se basa en la comprensión, que comparte con Marx y Engels, de las crisis capitalistas como crisis de sobreproducción, las cuales surgen de la capacidad peculiar adquirida por el capitalismo, después de 1825 aproximadamente, de aumentar la producción más rápido de lo que puede expandir los mercados. “Si la expansión del mercado”, dice simplemente Marx, “hubiese seguido el ritmo de la expansión de la producción, no habría saturación en el mercado, ni sobreproducción”. (Marx-Engels Collected Works (CW) Vol. 32, p. 154.) Pero, como Marx reconoce, esto solo señala el problema, no lo explica. Del mismo modo, Engels escribe que “la enorme fuerza expansiva de la industria moderna” no se corresponde con “la capacidad de extensión, vasta e intensiva, de los mercados”, la cual es “primordialmente gobernada por leyes muy diferentes y que funcionan mucho menos enérgicamente”. (CW 24, p. 315.) Desafortunadamente, ni Engels ni Marx explicaron cuáles son estas leyes. Esa es la tarea que Williams, ambiciosamente, se ha impuesto. “Una vez que hayamos resuelto las leyes que rigen la expansión de los mercados”, declara, “habremos desarrollado una teoría completa de las crisis capitalistas”.

Williams comienza por reconocer las implicaciones del hecho, ignorado, cree él, por la mayoría de los marxistas y por toda la economía burguesa, de que Marx pasa toda la primera parte del Volumen Uno de El Capital, su obra económica maestra, elaborando una teoría del dinero-mercancía. Llega incluso a afirmar en un momento: “Creo que sin comprender la distinción entre el valor y la forma del valor, no solo fallaremos en comprender completamente la teoría del valor de Marx, sino que no podremos entender completamente ni las crisis capitalistas ni la evolución y el destino de la sociedad capitalista moderna”. Y entender esta distinción entre las formas del valor es, “en palabras simples, … comprender la relación entre las mercancías y el dinero”.

El oro es una mercancía en términos de la cual se mide el valor de todas las demás mercancías y, por lo tanto, se convierte en dinero.

El valor de una mercancía, nunca puede medirse directamente, en términos de cantidades de trabajo abstracto que se miden en unidades de tiempo, sino solo a través de la forma del valor de cambio. A su vez, el valor de cambio de una mercancía, su precio (aunque no necesariamente su precio de mercado, en primera instancia) debe medirse en términos del valor de uso de otra mercancía, y cuando una mercancía particular ha llegado a cumplir dicha función para todas las demás mercancías, cuando se ha convertido en la existencia independiente de sus valores de cambio, se ha convertido en dinero. La relevancia de este análisis para la teoría de la crisis puede no ser inmediatamente aparente — lo que Marx investigaba en el Volumen Uno no eran las crisis capitalistas — pero Williams cree que es crucial.

La plusvalía, no solo debe producirse, sino que debe realizarse, en términos de dinero real en el mercado. Y el dinero “real” debe ser una mercancía cuya producción requiera de trabajo, pues solo eso puede realizar todas las funciones del dinero, la más importante de las cuales es medir el valor de todas las demás mercancías en términos de su propio valor de uso — en cantidades de oro, si el oro es el dinero-mercancía. El capitalismo, que distribuye los recursos totales del trabajo de la sociedad entre la producción de todos las diferentes mercancías que la sociedad requiere a través de las fluctuaciones de los precios y las ganancias en el mercado, no podría funcionar de otra manera. La cantidad de dinero, en términos del poder de compra disponible para obtener el valor de todas las demás mercancías, está limitada entonces por la cantidad de dinero real — lingotes de oro — existente. Otras formas de dinero, dinero signo y dinero de crédito, solo pueden entenderse en relación con este hecho básico (más sobre esto a continuación). El desarrollo de los sistemas monetarios modernos, las cajas de compensación, los bancos y el crédito permiten economizar el material monetario, pero al final, la reproducción expandida — y el capitalismo solo puede existir como reproducción expandida, punto que Williams señala repetidamente — no puede proceder sin un cierto nivel de producción de oro. [2]

Si el oro no se produce en cantidades suficientes, la circulación de mercancías colapsa y la reproducción capitalista experimenta una crisis — una sobreproducción general de mercancías, o más precisamente una sobreproducción general de mercancías en relación con una mercancía en especial, el dinero-mercancía. El oro en su rol de material monetario puede también ser sobreproducido en proporción a otras mercancías. (Williams se corrige a sí mismo en este punto en el curso de su blog). La minería del oro es anticíclica. Williams escribe: “Una de las grandes peculiaridades de la producción de oro — o la producción de cualquier mercancía que sirva como material monetario — es que una subproducción de lingotes de oro es, por definición, idéntica a una sobreproducción de todas las demás mercancías, mientras que una sobreproducción de oro es idéntica a la subproducción de todas las demás mercancías. El capitalismo está condenado a fluctuar entre estos dos estados. La subproducción de oro, o lo que equivale a lo mismo, una sobreproducción generalizada de mercancías, tarde o temprano conduce a una crisis de sobreproducción, mientras que una sobreproducción de oro — o una subproducción generalizada de mercancías — conduce tarde o temprano a una recuperación y auge”.

El hecho de que se produzca suficiente dinero real depende de la rentabilidad tanto absoluta como relativa a todas las demás industrias, de la industria productora de lingotes de oro. Y esto se reduce a la relación entre los valores (o más precisamente, los precios de producción) y los precios de mercado de las mercancías. Durante la fase de expansión del ciclo económico, los precios de las mercancías aumentan porque la demanda supera a la oferta, a los precios existentes. (Es importante recordar que estamos hablando de precios en términos de oro en esta etapa de la exposición). Los costos de la extracción de oro aumentan, la industria se vuelve menos rentable — por definición, a diferencia de otros capitalistas, los capitalistas industriales productores de oro no están en posición de elevar el “precio” de su mercancía — y así la producción del material monetario disminuye. “El resultado inevitable”, dice Williams, “es que el crecimiento en la cantidad de dinero metálico — que a la larga impulsa la expansión del mercado — se desacelera, y tiende a detenerse a medida que los precios siguen subiendo. O lo que es exactamente lo mismo, cuanto más se expanda la producción de mercancías, más lenta a la larga será la expansión del mercado para ellos. La tendencia hacia la sobreproducción generalizada de mercancías está, pues, integrada en los fundamentos mercantiles de la producción capitalista”. (Énfasis suyo)

La crisis, cuando inevitablemente llega, baja los precios en relación a los valores, haciendo que la producción de oro vuelva a ser más rentable. El aumento posterior en la cantidad de dinero metálico aumenta las reservas bancarias y forma la base material para otra expansión del mercado. ¿Pero, cómo exactamente?

Tiene que ver en primer lugar con la relación adversa entre el beneficio de la empresa y el interés, los dos componentes del beneficio capitalista. Si la tasa de interés es baja porque la cantidad de dinero metálico, el capital monetario potencial, ha crecido en relación a la cantidad de capital real — Williams se basa aquí en la explicación básica de Marx de lo que determina la tasa de interés — el beneficio de la empresa será alto, dando a los capitalistas industriales el incentivo para emprender una actividad productora de plusvalía. En vísperas de la expansión del mercado, la creciente masa de dinero acumulado está “ardiendo” en los bolsillos colectivos de los capitalistas industriales y comerciales [N. del T.: están ansiosos por usarlo]. Si la fase de crisis/depresión del ciclo ha licuado suficiente capital mercantil y dado de baja suficiente capital fijo (en otras palabras, depreciaron suficiente capital existente, una función de las crisis particularmente enfatizada por la escuela de la caída de la tasa de ganancias), en cierto momento están ya listos para invertir. Cuando esto ocurre, lo que los economistas burgueses llaman los efectos “multiplicador” y “acelerador”, entran en acción. (Estos economistas pueden a veces hacer las cosas bien a nivel descriptivo, hay que concederles). “La combinación de los efectos multiplicador y acelerador al comienzo del período de prosperidad, ocurre en un momento en que hay una gran cantidad de dinero inactivo —potencial demanda — a la que recurrir. Operando juntos, los efectos multiplicador y acelerador transforman esta demanda potencial en demanda real. El mercado de repente se expande”.

El rastro del oro

Mineros de la fiebre del oro de California en Auburn Ravine 1852.
Foto: Biblioteca Estatal de California

Williams pone a prueba su teoría examinando tendencias históricas en la producción de oro. Declara: “Cada periodo importante de prosperidad en la historia del capitalismo desde mediados del siglo 19 ha sido precedido o acompañado de un importante aumento en la producción de oro, mientras que cada período de gran crisis ha sido acompañado o precedido por una gran disminución en la producción de oro”. Los dos grandes auges internacionales de la fiebre del oro del siglo 19, (de lo cual más a continuación), son casos obvios de esto. Williams también señala dos ejemplos más recientes: una disminución en la producción de oro, provocada por el aumento de los precios del “auge prolongado” de los años 1950 y 1960, precedió a la caída de 1974-5. Una disminución similar en la producción de oro, provocada por el aumento de los precios de “la gran moderación” de la década de 1990, precedió a la caída de 2007-09. O, por el contrario, las recesiones de 1974-75 y 1981-82 redujeron los precios (en términos de oro) y condujeron, tras el necesario retardo temporal, al aumento de la producción de oro que subyació a la expansión de la década de 1990, al igual que la mayor caída de los precios de las mercancías durante la década de 1930 había impulsado la producción de oro e hizo posible el auge posterior a la Segunda Guerra Mundial. (Su explicación sobre la severidad de la “super depresión” misma de la década de 1930 es que la “reproducción contraída” de la Primera Guerra Mundial no permitió que cayeran los precios de las mercancías, de hecho al contrario, de manera que eran demasiado elevados en relación a los valores trabajo cuando comenzó el auge de la década de 1920, manteniendo la presión descendente sobre la producción de oro que había comenzado mientras la expansión previa a la guerra estaba en su cumbre y sin ser aliviada por décadas).

Este movimiento de los precios del mercado en relación con los valores subyacentes y su efecto sobre la producción de oro es la esencia de la teoría de Williams, pero otros dos factores, no necesariamente cíclicos, están operando en el mundo real, y que podrían funcionar en la misma dirección o en la dirección opuesta, y estas interacciones variables deben tenerse en cuenta. El primero es el precio del oro en dólares, que ha estado sujeto a variaciones, a veces salvajes variaciones, desde el final de los últimos remanentes del patrón oro internacional con el colapso del sistema de Bretton Woods en 1971; y el segundo es la capacidad física del suministro mundial de oro para aumentar (en realidad nunca disminuye), y la cuestión relacionada de la productividad de la minería del oro en relación con otras industrias, es decir, los cambios en los valores trabajo del oro en relación a todas las demás mercancías.

Ilustración para el Timón de Atenas, de Shakespeare: Timón y el oro
Marx cita a Shakespeare sobre el oro:
¡Tú, dios visible,
que sueldas estrechamente los contrarios
y haces que se besen!

Aunque, estrictamente hablando, el precio del oro en dólares no es un “precio” en absoluto, sino más bien una tasa de cambio entre dos formas de dinero, sus altibajos también tienen un efecto en la rentabilidad y en la producción de la industria minera del oro. A largo plazo, el precio del oro está determinado por la relación entre el crecimiento del dinero signo denominado en dólares (y sus monedas satelitales) al crecimiento del lingote de oro. Esa es la razón por la cual el oro aumentó de U$35 la onza, la última vez que se fijó el precio en 1971, a U$1.250 hoy — o, si vamos al caso, por qué un Big Mac costaba 50 centavos de dólar y ahora U$4. Pero el aumento del precio de una onza de oro, a diferencia del de un Big Mac, no ha sido constante. (Esto es mejor para el capitalismo porque, como señala Williams, si el papel moneda se devaluara continuamente, “las ‘alzas’ en el mercado del oro siempre ganarían, la devaluación de la moneda se saldría rápidamente de control y la moneda perdería su capacidad de funcionar como medio de pago, acaparamiento o incluso como medio de compra”)

El “precio” del oro alcanzó los U$875 en 1980, cayó a U$253 en 1999, para recién subir a un máximo histórico de U$1.905 en 2011. La especulación es claramente un factor tras estos movimientos, pero también están influenciados por el nivel cambiante de la demanda de oro en diferentes puntos del ciclo económico. Cuando los capitalistas perciben una crisis inminente, aumentan su demanda y tenencia de oro. Esto sucedió en la década de 1970 y nuevamente en la víspera de 2007-09. Como dice Williams, “la depreciación resultante del papel moneda contra el oro conduce a un aumento en el poder adquisitivo del oro, o lo que es lo mismo, a una caída del precio de las mercancías en términos de oro”. Esto fomenta la producción de oro, es decir, después de un lapso de tiempo, funciona en la misma dirección que el impulso a la producción de oro causado por las recesiones de 1970 y 2008-09. Pero el aumento de la oferta tiene “implicaciones bajistas para el precio del oro en dólares”, como sucedió después de 2012, cuando la caída del precio del oro en dólares — el aumento de los precios de las mercancías en términos de oro — provocó una disminución de la producción de oro, después que las condiciones de recesión de 2007-09 lo habían llevado en la dirección opuesta.

El efecto de los cambios en la productividad relativa de la industria minera del oro es especialmente evidente durante las dos “olas largas” expansivas, o subidas en la curva del desarrollo capitalista, que ocurrieron después de 1848 y 1895, cuando se abrieron nuevos campos de oro y las mejoradas técnicas de minería inundaron el mercado mundial del oro, cada onza del cual había costado además menos tiempo de trabajo en su producción. En ambos casos, durante un período prolongado que comprende más de un ciclo industrial, los precios, con las ganancias que les siguieron, fueron aumentados para reflejar el menor valor relativo del dinero en oro. Marx fue testigo del primero de estos períodos, y lo llamó “un segundo siglo XVI”. Desafortunadamente para la clase capitalista, no ha habido una abundancia dorada similar desde entonces. Hoy las minas están produciendo oro con menos facilidad, y está costando más tiempo de trabajo sacar cada onza a la superficie, elevando el valor del oro en relación a la mayoría de las demás mercancías, aumentando los costos de extracción del oro y causando una caída en la tasa de ganancia en la industria productora de oro en relación con la de otras industrias. Este factor actúa como freno para la producción de oro, incluso cuando las caídas inducidas por la recesión en el precio de las mercancías en oro alientan un aumento, como en la década de 1930, la década de 1980 o después de 2007-09. De manera similar, señala Williams, la disminución en la producción de oro que ocurrió entre 2001 y 2008, no solo fue cíclica sino que reflejó un empeoramiento en las condiciones naturales de producción de oro, especialmente en Sudáfrica.

Trabajadores que extraen oro en Sudáfrica

Las predicciones de que el mundo se está acercando al “peak del oro” parecen estar aún más sólidamente fundadas que las de un acercamiento al “peak del petróleo”. Si este es el caso, argumenta Williams, las implicaciones a largo plazo para el capitalismo son ominosas. El aumento del valor del oro en relación a otras mercancías será permanente. “A medida que se agoten las minas actuales, el precio de producción de las mercancías caerá. Las crisis futuras tendrán que reducir progresivamente los precios del mercado en términos de oro — y por menores períodos de tiempo — hasta la caída de los precios de producción para estimular la nueva producción de oro a partir de minerales más pobres — o en un futuro más lejano, incluso a partir de asteroides si el capitalismo fuese a durar tanto tiempo. Sin embargo, una tendencia a la baja a largo plazo en los precios de producción intensifica las crisis y prolonga los períodos de estancamiento que las siguen: en otras palabras, crea fuertes vientos en contra para el proceso de reproducción capitalista expandida, resultando en un estancamiento secular”. Un nuevo período de reproducción capitalista expandida sin ninguna revolución en la producción del material monetario, como ocurrió después de la Segunda Guerra Mundial, no es en teoría imposible, pero requeriría de una “supercrisis” de tal severidad económica y social que las consecuencias para la humanidad son apenas imaginables.


Notas
  1. Williams comenzó su blog en 2009, y hasta la fecha (abril de 2017) hay más de 150 publicaciones, que cubren todas las áreas de la economía, desde teorías del comercio internacional hasta la economía de las sociedades poscapitalistas. En este artículo, me he concentrado en la teoría de las crisis. Los partidarios del blog han prometido un libro electrónico que resuma la teoría de Williams, pero en lugar de eso, cualquier lector nuevo puede simplemente seleccionar entre las publicaciones que se enumeran. Las siguientes publicaciones pueden ofrecer una buena muestra de sus puntos de vista: https://critiqueofcrisistheory.wordpress.com/michael-heinrichs-new-reading-of-marx-a-critique-pt-1/michael-heinrichs-new-reading- of-marx-a-critique-pt-3 / ;
    https://critiqueofcrisistheory.wordpress.com/capitalist-economists-debate-secular-stagnation/capitalist-economists-debate-secular-stagnation-pt-5/
  2. El argumento de Williams sigue al de Marx en el Volumen Dos de El Capital, donde comienza a discutir la reproducción ampliada: “El dinero adicional que se requiere para la circulación de esta masa mayor de mercancías y de valor superior debe asegurarse o economizando en más alto grado la masa de dinero circulante — ora compensando los pagos, etc., ora recurriendo a medios que aceleren la circulación de las mismas monedas — o bien transformando el dinero desde su forma tesáurica a su forma circulante… En la medida en que todos estos medios no resultan suficientes, debe verificarse una producción adicional de oro o, lo que equivale a lo mismo, una parte del producto adicional debe intercambiarse directa o indirectamente por oro — el producto de los países productores de metales preciosos”. (CW 36, págs. 343-44)