Sobre el concepto de Postone del vaciamiento de la sociedad trabajadora
XXI

por Jehu

Al castellano: Non Lavoro

https://therealmovement.wordpress.com/2021/01/17/on-postones-concept-of-the-hollowing-out-of-working-society-xxi/


Si en el último gráfico que les mostré en la publicación anterior hacemos zoom out y miramos el período completo desde 1929 hasta 2020, incluido el impacto proyectado para las medidas de emergencia tomadas para frenar la propagación de la pandemia de Covid-19 en los Estados Unidos, el gráfico resultante se ve algo así:

Este es en realidad una combinación de dos gráficos distintos. Ambos muestran el producto interno bruto (PIB) anual del capital nacional de los Estados Unidos de 1929 a 2020. El primero está denominado en dinero-mercancía (en amarillo) y el segundo está denominado en moneda estadounidense sin valor (en verde). Agregué algunos marcadores solo como ayuda para deducir qué está sucediendo en el mundo de la economía burguesa en diversos momentos de la línea de tiempo.

Separemos los dos gráficos y examinémoslos por su cuenta.

En este gráfico, el Producto Interno Bruto del capital nacional de los Estados Unidos está denominado en dinero-mercancía. (Nuevamente: agregué algunos marcadores solo como ayuda para deducir qué sucedió en el mundo de la economía burguesa en la línea de tiempo). Podemos ver que, cuando se expresa en dinero-mercancía, durante este período, de 1929 a 2020, el PIB ha pasado por varias fases caracterizadas por extremas expansiones y contracciones capitalistas, y que aún está firmemente en las garras de la contracción más reciente, iniciada en 2001.

Lo que debería sorprenderte de este gráfico es que no hay absolutamente nada sorprendente en este gráfico.

Desde el siglo XIX, nos hemos acostumbrado a pensar en el ciclo normal de auges y caídas característico del modo de producción capitalista. Aquí hemos reproducido tres de esos ciclos, partiendo por el de 1929 y así hasta el presente. Estos solo se diferencian en la escala y duración de cada caída en cada ciclo: el primero dura unos cuatro años, el segundo unos diez años y el tercero, hasta ahora, unos veinte años. De manera similar, los auges en los ciclos, entre las caídas, varían en su duración; el más largo de los dos dura treinta y siete años, de 1934 a 1971, y el más corto, de 1981 a 2001, solo veinte años.

Nuevamente: no hay nada extraordinario en este gráfico. Es exactamente lo que cualquier estudioso de Marx esperaría ver en cualquier punto a lo largo de la línea de tiempo del modo de producción capitalista, aparte, quizás, de la escala o duración de los ciclos.

Que no haya nada de notable en ese gráfico (con el PIB denominado en unidades físicas de oro) al contrastarlo con lo que sabemos del comportamiento normal del modo de producción capitalista, es precisamente lo que debiese alertarnos de la incongruencia esencial, de este segundo gráfico denominado en dólares estadounidenses, con todo lo que sabemos sobre el comportamiento del modo de producción capitalista.

Este gráfico no muestra ninguna de esas fases características, de extrema expansión y contracción capitalista, en el período de 1929 a 2020; no hay ciclos de auge y caída, no hay las explosiones características en las que “el modo de producción se rebela contra el modo de intercambio”, como dijo Engels —ni siquiera hay evidencia de algo tan banal como aquello que Schumpeter llamó destrucción creativa— literalmente nada. ¡Es como si un doctor en economía hubiese puesto al capital en un coma inducido para evitar que sus cada vez peores convulsiones lo mataran!

Es sumamente extraño que un modo de producción largamente caracterizado, tanto por marxistas como no marxistas, por su anarquía y sus catastróficas explosiones, haya pasado noventa años sin siquiera un solo evento como aquellos que con tanta regularidad ocurrieran antes de la década de 1930. En lugar de aquellos enormes trastornos económicos, vemos leves recesiones inducidas por el banco central y las autoridades fiscales, la peor de las cuales produjo una modesta caída temporal en el PIB interanual en 2009-2010 tras simplemente llevar al sistema financiero mundial al borde del colapso total.

Y bien, ¿cuál de estos dos gráficos es el preciso?

Antes de responder, permítanme recordarles que el segundo gráfico incluye, no solo la región que etiqueté como tiempo de trabajo socialmente necesario, sino también la región del tiempo de trabajo que he etiquetado provisionalmente como tiempo de trabajo capitalistamente necesario. Esta etiqueta apunta a que, para el modo de producción, este tiempo de trabajo es tan necesario como la región etiquetada como tiempo de trabajo socialmente necesario. Más aún, según Marx, el trabajo capitalistamente necesario, aunque superfluo para la producción de riqueza material, se convierte, en medida creciente, en la condición para el gasto de trabajo socialmente necesario. Para el capital, es tiempo de trabajo necesario, tiempo de trabajo que es vital para esta forma peculiar de riqueza social.

La conclusión a la que somos inevitablemente conducidos es que, desde el punto de vista del funcionamiento normal del modo de producción, el segundo gráfico tiene que ser el gráfico preciso —y esto a pesar de que sabemos que incluye una cantidad enorme de tiempo de trabajo absolutamente superfluo, tiempo de trabajo que no produce valor, tiempo de trabajo que no se requiere para la producción de riqueza material. Mientras el capital sea la forma de riqueza en la sociedad, este tiempo de trabajo no puede ser abolido.