Sobre el concepto de Postone del vaciamiento de la sociedad trabajadora
XVI

por Jehu

Al castellano: Non Lavoro

https://therealmovement.wordpress.com/2020/08/09/on-postones-concept-of-the-hollowing-out-of-working-society-xvi/


Aquí está mi gráfico original de la era de la Gran Depresión:

Solo por diversión, he extendido el gráfico anterior hasta 1971, para ver su apariencia:

Entonces, hemos extendido ahora el gráfico, en base a los datos empíricos que van desde 1939 hasta 1971. Al extenderlo, ninguna de las suposiciones que he hecho hasta ahora ha cambiado en modo alguno (Nótese, por ejemplo, que mis manos nunca abandonan mis muñecas):

Lo que es obvio del cuadro que he creado anteriormente, basado en la teoría laboral del valor de Marx, es que al pagar por trabajo que era claramente superfluo para la producción de valor, con una moneda devaluada, los programas de la era del New Deal de Roosevelt, como la Ley de Ajuste Agrícola y la Works Progress Administration (e incluso la guerra de Vietnam de Johnson) sí pudieron aumentar la masa absoluta de ganancias creadas por el capital productivamente empleado de los Estados Unidos.

Esto puede parecer contra-intuitivo, pero Marx, en esta demasiado larga cita del volumen 3 de El Capital, sugirió que dicha solución era posible, aunque advirtió sobre las sombrías consecuencias de intentar hacer algo tan estúpido como esto:

Las condiciones de la explotación directa y las de su realización no son idénticas. Divergen no sólo en cuanto a tiempo y lugar, sino también conceptualmente. Las primeras sólo están limitadas por la fuerza productiva de la sociedad, mientras que las segundas sólo lo están por la relación proporcional entre las diversas ramas de la producción y por la capacidad de consumo de la sociedad. Pero esta capacidad no está determinada por la fuerza absoluta de producción ni por la capacidad absoluta de consumo, sino por la capacidad de consumo sobre la base de relaciones antagónicas de distribución, que reduce el consumo de la gran masa de la sociedad a un mínimo solamente modificable dentro de límites más o menos estrechos. Además está limitada por el impulso de acumular, de acrecentar el capital y producir plusvalor en escala ampliada. Esto es una ley para la producción capitalista, dada por las constantes revoluciones en los métodos mismos de producción, la desvalorización de capital existente, vinculada con ellas de manera constante, la lucha competitiva generalizada y la necesidad de mejorar la producción y de expandir su escala, sólo como medio de mantenerse y so pena de sucumbir. Por ello hay que expandir constantemente el mercado, de modo que sus vinculaciones y las condiciones que las regulan asuman cada vez más la figura de una ley natural independiente de los productores, y se tornen cada vez más incontrolables. La contradicción interna trata de compensarse por la expansión del campo externo de la producción. Pero cuanto más se desarrolla la fuerza productiva, tanto más entra en conflicto con la estrecha base en la cual se fundan las relaciones de consumo. Sobre esta base plena de contradicciones no es en modo alguno una contradicción el que el exceso de capital esté ligado a un creciente exceso de población; pues aunque combinando ambos aumentaría el volumen del plusvalor producido, también aumentaría con ello la contradicción entre las condiciones en las cuales se produce ese plusvalor, y las condiciones en las cuales se lo realiza. (Mi énfasis)

Marx sugiere, en el volumen 3, que programas como el New Deal de Roosevelt y la guerra de agresión de Johnson podrían, al menos teóricamente, aumentar la masa de plusvalía producida por el capital nacional total de un país, pero esto solo tendría éxito a costa de intensificar aún más la contradicción entre las condiciones bajo las cuales se produjo la plusvalía y las condiciones bajo las cuales se realizó.

El poder productivo del trabajo social aumentaría, incluso cuando el poder de consumo de la sociedad se redujera aún más. La tendencia a la acumulación, a expandir el capital nacional, a producir plusvalía en una escala extendida se aceleraría. Las políticas a las que ahora nos referimos como estímulo keynesiano del gasto deficitario, no resolverían el problema de la sobreacumulación absoluta de capital, sino que lo exacerbarían.

Las imágenes que evoca Marx aquí son las de una tasa de acumulación cada vez más acelerada, y podría decirse que presagia lo que hace muy poco se ha abierto paso en los márgenes de la literatura nerd en la forma de conceptos infantiles y hechos a medias como el Cambio exponencialmente acelerado, de Vinge, o la Ley de rendimientos acelerados, de Kurzweil. La teoría laboral de Marx, que es muy anterior a estas ideas infantiles, predijo que, en un determinado momento del desarrollo del modo de producción capitalista, la contradicción entre las condiciones en las que se produce esta plusvalía y aquellas en las que se realiza, alcanzaría el punto de ruptura, de modo tal que ya no fuesen compatibles entre sí; en otras palabras, colapsaría la producción basada en el valor de cambio.

Más allá de este punto, el exceso de capital acumulado y el creciente excedente de población podrían, de alguna manera, combinarse a la fuerza, pero esto solo intensificaría aún más la contradicción subyacente entre ambos. Postone reformuló el argumento de Marx de una manera que a algunos les resultaría más fácil de entender: el trabajo mismo se vaciaría.

Como afirmó Postone justo antes de su muerte:

“Marx está señalando una tendencia que vacía al trabajo proletario de su contenido, que disminuye el trabajo proletario y, sin embargo, se aferra a este trabajo”.

El contenido del cual se vacía el trabajo es su capacidad de crear valor. Lo que queda como residuo es el tiempo de trabajo superfluo para la creación de valor. El trabajo está vacío porque no produce riqueza social ni material. Existe porque el tiempo de trabajo en sí mismo es una medida de la riqueza social.

Pero, créeme, se pone peor, mucho peor:

En 1971, Nixon envilece completamente el dólar y el infierno se desata