El Capital de Schrödinger: ¿es el marxismo ahora una variante del anarcocapitalismo?

por Jehu

Al castellano: Non Lavoro

https://therealmovement.wordpress.com/2015/10/30/schrodingers-capital-is-marxism-now-a-variant-of-anarcho-capitalism/


NOTA 6: ¿Por qué colapsó el patrón oro?

Chris Arthur escribió un artículo, en el 2003, que, de ser válido, tiene abrumadoras implicancias para la teoría laboral. El tema era sobre una pregunta que enfrentaban los teóricos laborales: ¿Estaba Marx en lo correcto en su insistencia en que el dinero debía ser una mercancía?

Las implicancias son abrumadoras porque, desde 1971 que el sistema monetario internacional no está vinculado a ninguna mercancía. El sistema es un conjunto de monedas sin valor que no están respaldadas por ninguna mercancía que haga que fluctúen entre ellas. Todos los marxistas concuerdan en que fue el propio Marx quien sostuvo que, en el análisis final, el dinero tenía que ser una mercancía. Si esto es cierto, en 1971, ocurrió algo con grandes implicancias para la teoría laboral del valor — algo tan enorme que ningún teórico laboral puede ignorarlo.

Lo anterior requiere de una advertencia importante: Marx no creía que nada más que una mercancía podría servir en las diversas funciones del dinero. Algunas de sus funciones, como medio de pago o como medio de intercambio, no requerían de una mercancía, y podrían funcionar solamente con un dinero simbólico.

Un buen ejemplo de esto, es aquella pregunta: “¿Qué es lo que compra los comestibles?” Marx argumentó que la función del dinero en este rol — como medio de intercambio — podría satisfacerse con una simple moneda sin valor emitida por el estado. Otras funciones, sin embargo, requerían que hubiese dinero-mercancía inmediatamente presente y en toda su manifestación corporal. Ejemplos de esto último son: una reserva de oro y el arreglo de cuentas entre los países. Una reserva de oro es dinero en el sentido total del término, según Marx. Es dinero en reposo, más que en circulación.

Es así que Marx hace una distinción siempre importante de reconocer: en circulación, la función del dinero podría ser cumplida por una ficha simbólica de sí mismo; sin embargo, en reposo, congelado en una reserva, el dinero debía ser dinero en el sentido total del término; tenía que ser una mercancía. Esta consideración contiene en sí una idea sorprendente y que a menudo se pasa por alto: el dinero solo es realmente dinero cuando es dinero en su sentido total — es decir, una mercancía fuera de circulación, asentada y sin vida en una reserva de lingotes.

Bien, y para precisar, de acuerdo a Marx, en circulación, el dinero podría ser un símbolo de sí mismo — por ejemplo, un papel moneda — pero al salir de circulación y detenerse, el dinero debía ser una mercancía. O, menos misterioso: una moneda sin valor podría servir como dinero, mientras la ficha permanezca en circulación. Una vez que el dinero sale de circulación, se requiere que el dinero sea una mercancía.

Sin lugar a dudas, no estaba aquí Marx estableciendo un conjunto arbitrario de reglas ideales respecto a qué debería o no debería ser el dinero. Describía simplemente la forma en que funciona el dinero, en base a la mejor evidencia de su tiempo.

En realidad, el dinero casi nunca es una mercancía

Por ende, aunque Marx insiste en que el dinero debía ser una mercancía, explica que para casi todas las funciones reales del dinero, las que normalmente encontramos, no tenía que ser una mercancía. El papel está bien, incluso se requiere.

Obviamente, el dinero de crédito (dinero como medio de pago) nunca ha sido una mercancía, pues se está comprando a crédito. Su existencia es puramente notacional o simbólica: es “dinero futuro”. Este dinero no existe y claramente no puede asumir la forma de una mercancía que sí existe.

Del mismo modo, en circulación, sirviendo de medio de intercambio, el dinero aparece solo brevemente en una transacción. Aparece en circulación para completar la transacción y se retira casi de inmediato. Estos destellos de dinero pueden satisfacerse con fichas simbólicas que en sí mismas no tienen valor, sujetas a ciertos límites definidos explicados por Marx.

Si has estado siguiendo mi discusión, debería ahora ser obvia la realidad de que, para casi todas sus funciones, el dinero, en la economía, casi nunca aparece en su forma de mercancía. Si sacas las reservas y los arreglos de cuentas internacionales, nadie necesita realmente del oro ni de la plata. La economía completa puede funcionar en forma bastante eficiente con un símbolo de dinero en papel simplemente.

Por decirlo de otra manera: es posible interpretar que Marx dice que el dinero casi nunca tiene que ser una mercancía — eh, excepto cuando absolutamente debe serlo. Por ejemplo, cuando Gran Bretaña tiene sus fragatas en tu puerto, su majestad no está buscando fichas de papel. (Puedes apostar por eso). Además, cuando el dinero sale de circulación — cuando hay una crisis o un pánico — lo último que tus acreedores quieren de ti, es un pagaré. (Ese es el origen de la frase: “¡Será mejor que tengas mi dinero!” ) A pesar del crítico rol que juega el dinero crediticio en una economía capitalista, nadie, en medio de una crisis financiera, quiere un pagaré, ni de tu parte, ni de nadie.

Así que, para ser absolutamente claro en este punto: Marx creía que el dinero tenía que ser una mercancía, excepto en casi el 99% de las veces, cuando no era así. Sin embargo, ese 1% del tiempo en que el dinero tenía que ser una mercancía, “realmente, realmente, realmente” tenía que ser una mercancía.

Dinero versus capital

Y hay otra implicancia, que rara vez mencionan quienes hablan del rol, la sustancia y las funciones del dinero. El dinero funciona exactamente opuesto al capital: mientras que el dinero, solo puede ser dinero, en reposo, el capital solo puede ser capital, en circulación.

Si las dos categorías habitan dos mundos diferentes, es obvio que sus formas corporales difieran también. Mientras el dinero es sólido y fijo — normalmente lingotes — el capital monetario es efímero y activo — normalmente crédito.

Hay mucha confusión con que el dinero es lo mismo que el capital monetario, aunque nada pueda estar más lejos de la realidad. El dinero en su sentido total es una muerta reserva de oro, una sentencia de muerte para el capital. Ningún capitalista puede obtener ganancias si su capital se encuentra en una caja fuerte. Aunque el capital comienza y termina con el dinero, el dinero no es la verdad del capital, la circulación es su única verdad. En una crisis, el capital deja de circular repentinamente y se convierte en dinero — una catástrofe para el capital.

Me gusta pensarlo así:

“El capital odia el dinero casi tanto como odia el trabajo”.

Hay quienes creen que los capitalistas aman el dinero, pero esto no es en absoluto cierto: los capitalistas no aman el dinero, aman MÁS dinero, es decir, la acumulación. No puede acumular MÁS dinero si su dinero está inactivo en una caja fuerte en Zurich. Si bien es cierto que la teoría laboral sostiene que el movimiento del capital comienza y termina con el dinero, solo el movimiento es lo que importa, no su comienzo y su final.

¿Por qué colapsó el patrón oro?

Todo esto lo digo para ofrecer un contexto del artículo del 2003 de Arthur.

El artículo de Arthur afirma algo bastante sorprendente en contra de la teoría del dinero de Marx: el dinero no tiene por qué ser una mercancía. Según Arthur, el dinero no es una expresión superficial de la relación económica en el modo de producción capitalista, es su esencia.

Vimos anteriormente que, en casi todos los casos, el dinero, en la economía, realmente se representa con un símbolo de sí mismo. Si tomáramos esto como el caso estándar, podríamos concluir que en realidad Arthur no discrepa con Marx. Sin embargo, Arthur no es tan tonto: sabe que con su afirmación está refutando a Marx.

Y se ve obligado a refutar a Marx, por un evento singular: el fin del patrón oro internacional, en 1971. Según ciertos marxistas, que el capitalismo continuase incluso después del colapso del patrón oro en 1971, indica claramente que Marx debía estar equivocado. ¿Cómo podría explicarse? ¿Cómo pudo Marx chapucear en una categoría tan básica del capital? Este fue el tema central de la conferencia donde Arthur hizo entrega de su artículo del 2003.

“El dinero”, argumentó Arthur, “es la forma social en la cual la producción para el intercambio gana validez”.

Este argumento tenía claras implicancias para la teoría laboral. Como puede verse en mi reseña del argumento de Marx sobre el dinero, su teoría predice que hay dos situaciones en las que se requiere un dinero-mercancía: Primero, el dinero debe ser una mercancía cuando se trata de asentarla en una reserva. Segundo, el dinero-mercancía es esencial para el saldo de cuentas entre las naciones. Desde 1971, la segunda función claramente no ha sido servida por un dinero-mercancía.

En su lugar hay un sistema en que flotan las monedas de los distintos países unas contra otras, o mantienen alguna vinculación oficial o no oficial a otra moneda, generalmente el dólar o el euro. Estas monedas no tienen valor propio, ni están vinculadas a una mercancía que tenga valor.

Entonces, ¿tenía razón Marx o no?

Para ser claros, aquí no hay opción binaria; no es como que Marx o bien tuviera que estar en lo cierto, o no. Puedo pensar en al menos cuatro conclusiones diferentes a las que podríamos llegar:

  1. Marx podría estar equivocado y este sistema de monedas flotantes es dinero.
  2. Marx podría estar equivocado y este sistema de monedas flotantes todavía no es dinero, por alguna otra razón que no entendemos.
  3. Marx podría tener razón y este sistema no es dinero.
  4. Marx podría estar en lo cierto para su tiempo, pero el sistema sigue siendo dinero porque algo en las funciones del dinero ha cambiado.

En su artículo, Arthur elige argumentar a favor de la opción 1: Marx estaba equivocado y siempre había estado equivocado. Y basa esta conclusión en el argumento citado anteriormente, de que la producción basada en el valor de cambio requería del dinero, porque esa es la única forma en que el valor se vuelve universalmente válido en una comunidad de productores de mercancías.

Es un argumento que me parece muy extraño, precisamente porque sucede que Marx también predijo el colapso de la producción basada en el valor de cambio.

Aparentemente, nunca se le ocurrió a Arthur que si Marx tenía razón en su predicción, la producción basada en el valor de cambio colapsaría, y que esto podría resultar en un dinero que ya no tendría ningún valor, que no era una mercancía.

Al menos Arthur nunca aborda esta posibilidad totalmente plausible en su artículo. Simplemente ignora la posibilidad de que, con el colapso del patrón oro internacional en 1971, la producción sobre la base del valor de cambio también había colapsado, como lo predijo Marx.

La definición anarcocapitalista de Arthur del capitalismo

¿Por qué Arthur nunca menciona esto? Personalmente, creo que su error puede atribuirse a la forma en que define el capitalismo. Arthur, declara esto que ya he citado:

“En el caso del capitalismo, el dinero es la forma social en la cual la producción para el intercambio gana validez“.

Podría estar equivocado, pero me parece que Arthur está definiendo el capitalismo incorrectamente, como “producción basada en el valor de cambio” simplemente.

Para comprender la magnitud de este error, solo se requiere recordar que la mayoría de los anarcocapitalistas definen el capitalismo como libre mercado simplemente. ¿Es el capitalismo el libre mercado? Por supuesto que no. Esta es una mitología anarcocapitalista, al menos en lo que respecta a la teoría laboral marxiana.

La teoría laboral, como insiste Marx en sus escritos sobre el tema, define al capitalismo no como producción basada en el valor de cambio, sino como producción de plusvalía, producción con fines de lucro. El objetivo del modo de producción no es la creación de valor, sino de plusvalía. Al parecer, Arthur ni siquiera sabe que hay una diferencia entre estos dos modos de producción.

En realidad estoy siendo caritativo: Arthur rechaza enfáticamente, de hecho, la idea de que haya una diferencia. Si lees su artículo de 2012, verás que culpa a Engels por inventar la idea de que el capitalismo es distinto a la producción de mercancías simple.

Según la teoría laboral, el objetivo de la producción de mercancías simple es la producción de valores — mercancías — mientras que el objetivo de la producción capitalista es la producción de plusvalía — ganancias. Aparentemente, Arthur no se da cuenta de que hay una diferencia entre los dos modos de producción o, con mayor exactitud, rechaza explícitamente la idea de que haya una diferencia.

Como resultado de esto, Arthur adopta una posición muy cercana a la definición anarcocapitalista del capitalismo como “libre mercado”.