El Capital de Schrödinger: el defecto fatal de la forma-valor
por Jehu
Al castellano: Non Lavoro
NOTA 3: Lo concreto es siempre concreto.
Señalé en mi última nota que la escuela de la forma-valor da gran crédito a la pregunta de Marx:
“¿Por qué el trabajo … se representa en el valor de su producto y el tiempo de trabajo en la magnitud de ese valor”?
El argumento de Marx parece ser que esto ocurre porque la actividad productiva de la fuerza de trabajo total de la sociedad no está regulada por los productores. La escuela de la forma-valor, sin embargo, nos proporciona otra lectura de la pregunta de Marx:
“Cómo [es que] las relaciones productivas de las personas encuentran su expresión en el valor”.
En Marx, pareciera que el meollo del problema radica en la falta de organización consciente de la producción social. Pero para la escuela de la forma-valor, el problema radica en otra parte: en el proceso por el cual la actividad productiva privada no regulada se vuelve social. En cualquiera de los casos partimos por un hecho social común: la organización existente de la fuerza de trabajo total de la sociedad en la que los productores llevan a cabo su actividad productiva mediante el intercambio de mercancías.
Marx pregunta POR QUÉ la fuerza de trabajo total de la sociedad se manifiesta como el valor de su producto. La escuela de la forma-valor pregunta CÓMO la fuerza de trabajo total de la sociedad se manifiesta como el valor de su producto.
Ya tenemos la respuesta de Marx: la fuerza de trabajo total de la sociedad se manifiesta como el valor de su producto, porque la actividad productiva de la fuerza de trabajo total de la sociedad no está regulada por quienes son dicha fuerza: los productores.
La necesaria forma de aparición…
Esta respuesta es inadecuada para la escuela de la forma-valor, porque piensan que Marx no explica el proceso mediante el cual los trabajos concretos, particulares y útiles se reducen a unidades idénticas de trabajo abstracto homogéneo. Esto, dicen, requiere de una apreciación del rol de la forma-valor, del dinero. Según Rubin, los valores de uso se reducen a valores de trabajo abstracto al ser universalmente comparados con uno y el mismo valor de uso por los productores de una comunidad productora de mercancías.
Si esto es cierto, tenemos un verdadero problema teórico. Dado que ni los individuos ni sus productos tienen información alguna sobre los valores de sus mercancías, esta información no puede ser transferida entre ellos a través del intercambio de la mercancía por un dinero-mercancía.
No tengo información alguna sobre el tiempo de trabajo socialmente necesario requerido para producir mi mercancía, y tampoco la tiene nadie. Además, esta información no está contenida en mi mercancía ni en la mercancía de ningún otro productor. Incluso mercancías como el oro o la plata no tienen información alguna sobre sus tiempos de trabajo socialmente necesarios. Ellos, como todos las mercancías, son simplemente valores de uso concretos y particulares, y son producto de trabajo concreto, útil y particular.
En una sociedad productora de mercancías, la información crítica sobre la actividad productiva de los productores individuales se transmite solo en sus relaciones materiales de producción reales y vivas. La información no es transportada por los individuos, ni aparece en sus productos de tal manera que dicha información pueda ser recogida por los individuos. Esto sugiere que la actividad productiva de los productores individuales siempre sigue siendo concreta, particular y útil; y los productos de sus trabajos siempre siguen siendo valores de uso concretos y particulares.
Todo lo anterior es cierto no solo en los albores de la época de la producción y el intercambio de mercancías, sino que sigue siéndolo hoy. Nada del trabajo empleado hoy es inherentemente ‘trabajo productor de valor’; ni ninguno de los productos del trabajo es intrínsecamente “valor”.
Las mercancías son producto del trabajo concreto, particular, y útil, y son, en sí mismas, valores de uso concretos y particulares. Nunca pueden ser más que valores de uso concretos y particulares, y no tienen capacidad alguna de convertirse en valores abstractos, homogéneos e idénticos. Tampoco existe ninguna tecnología, aplicación de conocimiento científico o proceso material por el cual los seres humanos puedan convertir los valores de uso en valores. (Si lo anterior no fuera cierto, la alquimia sería una rama de la industria, no una superstición medieval. Nadie puede convertir un metal base como el plomo en oro y nadie puede convertir un par de zapatos o una manzana en valores).
La forma-valor es ella misma concreta
Sin embargo, el intercambio de una mercancía común por dinero mercancía tiene el mismo defecto que tiene el intercambio de valores de uso en general: cada valor de uso es inconmensurable con los demás. No importa que, en lugar del intercambio de muchos valores de uso distintos con muchos otros valores de uso — por ejemplo, manzanas por horquillas, zapatos por sombreros, automóviles por casas — todos los valores de uso se cambien por un dinero mercancía. Ya sea en el caso en que muchas mercancías se intercambien por muchas otras mercancías o que todas las mercancías se intercambien por dinero mercancía, el problema es el mismo: cada valor de uso — la manzana, la horquilla, los zapatos, los sombreros o la moneda de oro — es un objeto concreto, útil y particular que es cualitativamente único y satisface una necesidad cualitativamente única. Ninguno de los trabajos concretos de cada cual puede ser comparado con los trabajos concretos de los demás.
En la teoría laboral, ningún valor de uso se puede comparar con otro valor de uso cualitativamente distinto, porque no son conmensurables, y esto debe ser cierto incluso si una de las mercancías en el intercambio sirve como dinero universalmente reconocido en la comunidad.
Incluso si le concedemos a la escuela de la forma-valor que el trabajo abstracto requiere de un dinero, aún deben explicar cómo el dinero, un valor de uso concreto y particular, logra esto. ¿Cómo es que reemplazando todos los valores de uso en un lado de la ecuación de intercambio con un solo valor de uso se resuelve el problema de que los tiempos de trabajo concreto de ninguno de los valores de uso pueden compararse?
La información está inserta en las relaciones, no en las mercancías.
La teoría de Marx sugiere que las actividades productivas de los productores de mercancías están siendo coordinadas por información que ellos mismos no poseen y que no está contenida en los productos de sus actividades. Si bien esto puede parecer extraño, no lo es. En realidad es un principio que se encuentra en la teoría cuántica.
De acuerdo con The Complete Idiot’s Guide to String Theory:
“Los objetos pueden coordinarse y solo entonces adquirir propiedades específicas. … Las relaciones entre los objetos pueden tener información que los objetos individuales no tienen”.
Mientras varias teorías previas a la cuántica asumían que el estado de una partícula estaba determinado por sus propiedades específicas, la teoría cuántica muestra que esto no es cierto. En la teoría cuántica, el comportamiento de una partícula se coordina con el comportamiento de otras partículas primero y solo entonces la partícula adquiere la propiedad específica.
Este es exactamente el proceso que propone la teoría laboral para el surgimiento del valor: los productores primero entran en relaciones materiales de cooperación, y solo después los productos de su trabajo llegan a expresar esas relaciones de dependencia. Contrariamente al argumento de la escuela de la forma-valor, no es el dinero lo que hace posible el valor, sino que es la cooperación productiva preexistente de los productores de mercancías lo que hace que el dinero sea necesario.
Dado que el problema identificado inicialmente por Marx es la falta de organización consciente de la producción social, esta no puede solucionarse con el dinero. El dinero mismo es solo la expresión visible de la falta de organización consciente de la producción social.