El anacronismo del valor, lo más concreto posible … para marxistas imbéciles

por Jehu

Al castellano: Non Lavoro

https://therealmovement.wordpress.com/2017/12/29/making-the-anachronism-of-value-as-concrete-as-possible-for-imbecile-marxists/


El argumento de Postone es sorprendentemente simple:

Hay un límite material real para la suma de valor que puede funcionar como capital, como valor autoexpandible. Ese límite es igual a la suma del valor de cambio pagado a la clase trabajadora en la forma de salarios.

El capital es producción por la ganancia, y requiere, para esta producción, el empleo del trabajo asalariado. De esto se deduce que el límite de la producción por la ganancia está dado por el límite del empleo de la fuerza de trabajo para el propósito de la autoexpansión de valor. La fuerza de trabajo, la mercancía capitalista por excelencia, no solo media la producción de riqueza material y su propia producción, sino que también media la producción de capital, es decir, de valor autoexpandible.

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En El Capital (volumen 3, capítulo 15), Marx explica que la extracción de determinada plusvalía, del trabajador, no es el fin de la producción capitalista. El plusvalor extraído deberá luego convertirse nuevamente en dinero:

“Tan pronto como todo el trabajo excedente que fue posible exprimir ha sido incorporado a las mercancías, se ha producido la plusvalía. Pero con esta producción de plusvalía solo se completa el primer acto del proceso de producción capitalista: el proceso directo de producción. El capital ha absorbido determinada cantidad de trabajo no remunerado. Con el desarrollo del proceso, que se expresa en una caída en la tasa de ganancia, la masa de plusvalía producida aumenta hasta inmensas dimensiones. Llega entonces el segundo acto del proceso. Debe venderse toda la masa de mercancías, es decir, el producto total, incluida la porción que repone el capital constante y el variable, y la que representa la plusvalía. Si ello no ocurre, o solo sucede en forma parcial, o solo a precios inferiores a los precios de producción, el trabajador ha sido explotado, pero su explotación no se realizará en cuanto tal para el capitalista, y puede estar relacionada con una realización nula o solo parcial de la plusvalía extraída de él, o incluso con la pérdida parcial o total de su capital.”

Incluso si asumimos la producción por la ganancia, la extracción del plusvalor desde el trabajador no se realiza necesariamente en los beneficios del capitalista. La producción y la realización de la plusvalía son dos fases separadas en la circulación de capital.

Pero eso no es todo: incluso si asumimos que el capital variable ha pasado con éxito por ambas fases, todavía no se ha convertido nuevamente en capital hasta que se haya cambiado nuevamente por fuerza de trabajo.

Para funcionar como capital, una masa de dinero debe convertirse en fuerza de trabajo; debe ser invertida en trabajo que produzca una masa de mercancías; esa masa de mercancías debe ser vendida; y el dinero debe ser nuevamente convertido en fuerza de trabajo.

El dinero no es capital. Para convertirse en capital, el dinero debe cambiarse por fuerza de trabajo y la fuerza de trabajo debe ponerse a trabajar para producir plusvalía. Esto debe subrayarse puesto que muchas personas confunden dinero —especialmente grandes cantidades de dinero — con capital. La masiva acumulación de efectivo sobre la que, según los informes de la prensa financiera, Apple se sienta hoy, no es capital. Es dinero. Para convertirse en capital, tendría que convertirse en (intercambiarse por) fuerza de trabajo y ser puesta a trabajar para producir plusvalía.

El dinero es capital solo en la medida en que se intercambia por fuerza de trabajo con el propósito de la autoexpansión del valor del dinero. Aunque esto no parezca ser problemático, en realidad, el empleo de la fuerza de trabajo para la autoexpansión del valor del dinero no es tan sencillo como parece. Véase, por ejemplo, el enorme tesoro de efectivo corporativo que Apple tiene — estimado actualmente en casi un cuarto de billón de dólares.

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Apple está sentado en una pila de efectivo tan grande, precisamente porque este efectivo no puede convertirse en capital, no puede encontrar una manera de ser intercambiado por fuerza de trabajo con el propósito de autoexpandir su valor.

Curiosamente, en el volumen 3, capítulo 15, Marx predice que esto debe ocurrir eventualmente, a medida que la tasa de ganancia cae a un nivel que solo a los capitales más grandes les es posible emplear la fuerza de trabajo de manera rentable:

“Con la caída en la tasa de ganancia ocurre un aumento en el capital mínimo requerido por un capitalista individual para el empleo productivo del trabajo; requerido tanto para su explotación en general, como para hacer que el tiempo de trabajo empleado sea el tiempo de trabajo necesario para la producción de las mercancías, de modo que no exceda el tiempo de trabajo socialmente necesario promedio requerido para producirlas. Y al mismo tiempo aumenta la concentración, porque más allá de ciertos límites, un gran capital con una pequeña tasa de ganancia se acumula más rápido que un pequeño capital con una gran tasa de ganancia. Llegado cierto nivel, esta creciente concentración provoca a su vez una nueva caída en la tasa de ganancia. Ello hace que el grueso de los pequeños capitales dispersos se vea impulsado al aventurado camino de la especulación, los fraudes crediticios, las estafas de acciones y las crisis. Lo que ha dado en llamarse la plétora del capital siempre se refiere esencialmente a la plétora de aquel capital para el cual la caída en la tasa de ganancia no resulta compensada por su masa de ganancias, y esto es siempre cierto para los nuevos brotes de capital, de creación reciente, o a la plétora que estos capitales incapaces de por sí para una acción autónoma pone a disposición de los grandes ramos de los negocios en la forma de crédito. Esta plétora del capital surge de las mismas causas que aquellas que provocan una sobrepoblación relativa y, por lo tanto, es un fenómeno que complementa a este último, a pesar de hallarse situados en ambos polos opuestos: el capital desempleado en un polo y la población de trabajadores desempleados en el otro.”

Así como leo a Marx, pareciera que el capital muerto de Apple, de un cuarto de billón de dólares, está hoy por debajo del mínimo requerido por Apple para el empleo productivo del trabajo. La idea misma es asombrosa para mí. ¿Cómo puede ser esto? ¿En qué realidad alternativa serían U$250 mil millones muy poco capital para obtener una ganancia decente?

Marx explica que esto solo puede ser causado por una superfluidad masiva, una superabundancia, de capital, de modo que la inversión adicional resulta en una devaluación general del capital total:

“Por lo tanto, tan pronto como el capital hubiese crecido en una proporción tal respecto de la población activa, que ni el tiempo de trabajo absoluto suministrado por esta población, ni el excedente relativo de tiempo de trabajo, pudiesen ampliarse ya más (de todos modos, esto último no sería factible en el caso de que la demanda de trabajo fuese tan intensa que hubiera una tendencia a que los salarios aumentaran); en un punto, por lo tanto, cuando el aumento de capital produjera tanto o incluso menos plusvalía que antes de su aumento, habría una sobreproducción absoluta de capital; es decir, que el aumento de capital C + ΔC no produciría más ganancia, o incluso una ganancia menor que el capital C antes de su expansión por ΔC. En ambos casos habría una caída brusca y repentina en la tasa general de ganancia, pero esta vez debido a un cambio en la composición del capital no causado por el desarrollo de las fuerzas productivas, sino por un aumento en el valor dinerario del capital variable (debido al aumento de los salarios) y por la correspondiente reducción en la proporción entre el trabajo excedente y el trabajo necesario.”

Todos estamos familiarizados con lo que se llama sobreproducción capitalista simple. Es cuando las empresas capitalistas producen demasiados zapatos o casas. Cuando una empresa produce demasiados zapatos o demasiadas casas para venderlas de manera rentable en el mercado debido a la repentina saturación de zapatos y casas que hace que los precios colapsen.

Marx fue un paso más allá. Predijo que, con el tiempo, el capitalismo no solo produciría demasiados zapatos y casas, sino también demasiado capital para invertirlo de manera rentable. En ese punto, las nuevas inversiones se detendrían. Y llamó a esta forma de sobreproducción: sobreproducción absoluta de capital.

¿El cuarto de billón de dólares de capital muerto de Apple indica que hemos alcanzado una sobreproducción absoluta de capital? ¿Cómo lo sabríamos si así fuera? Hasta Postone afirma que la teoría de Marx no puede verificarse empíricamente. La pregunta es pertinente porque, a partir de marzo de 2017, el capital muerto de Fortune 500 ahora asciende a casi 3 trillones de dólares. Básicamente, tres trillones de dólares es ahora una masa de capital insuficiente para invertir de manera rentable.

Para que quede claro lo que eso significa, solo cuatro países tienen un PIB superior a tres trillones de dólares: Estados Unidos, China, Japón y Alemania.

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Aunque convertir el dinero en capital puede parecer una propuesta bastante sencilla — compra un montón de fuerza de trabajo y ponla a trabajar produciendo aparatos — la masa mínima de capital suficiente para participar en este tipo de comportamiento supera ahora los tres trillones de dólares.

La pregunta que este acopio masivo de capital muerto debería surgirle a todos, es si esta es una expresión práctica de lo que Postone quiere decir cuando dice que el valor se ha vuelto anacrónico. ¿Es este acopio de capital muerto completamente superfluo ahora para la producción de riqueza material y (por lo tanto) incapaz de una mayor autoexpansión?

E incluso si es superfluo como capital, ¿puede emplearse para abordar problemas como la pobreza, la degradación ambiental, la desigualdad, etc.?

La primera pregunta aborda las implicaciones del capital muerto como capital — como una masa de valor que busca su autoexpansión. Sin embargo, la segunda pregunta es si el valor en sí mismo, aparte de su propósito como capital, tiene alguna otra utilidad para la sociedad.

Incluso si suponemos, en base al comportamiento de Fortune 500, que el acopio no tiene utilidad como capital, Postone ha argumentado que no solo es inútil como capital, sino que es también anacrónico como valor. Para cualquier propósito social real, la acumulación de capital muerto bien podría no existir en absoluto.

Muchas personas podrían admitir que el tesoro de Apple es muy superior a lo que Apple puede emplear para producir plusvalía. Pero nadie que yo conozca sugiere que el tesoro de Apple no puede emplearse como (por ejemplo) ingresos estatales — es decir, para un propósito distinto a la autoexpansión capitalista; para ‘inversión’ en infraestructura, renta básica, asistencia sanitaria nacional, etc.

Sin embargo, el argumento de Postone es que, incluso para estos propósitos, el tesoro de capital muerto de Apple es completamente superfluo.