Postone sobre estructura y agencia
por Jehu
Al castellano: Non Lavoro
https://therealmovement.wordpress.com/2015/08/01/postone-on-structure-and-agency/
“Una de las cosas que fue muy reveladora sobre los Grundrisse … fue que el interés de Marx no estaba en el fin de la explotación del trabajo proletario simplemente, sino en la abolición de dicho trabajo. La mayor parte de las interpretaciones de la plusvalía pasaron esto por alto. La idea de que el interés de Marx estaba en la auto-abolición del proletariado y no en su realización, me llevó a repensar fundamentalmente a Marx”.
— Postone, Entrevista con Moishe Postone: “Crítica y dogmatismo”
En esta cita, de una entrevista del 2011, Postone describe lo que concuerdo en que es el aspecto más importante del materialismo histórico descrito por Marx. Mi ‘dificultad’ (si esa es la palabra correcta) con Postone en este punto es que, en la entrevista en sí, nunca relaciona la visión de Marx con un proceso real. Esto podría inducir al lector casual, al error de creer que el argumento de Marx es meramente político.
Postone sí relaciona su punto directamente con el proceso real, en su libro Time, Labor and Social Domination, donde demuestra que el “interés” de Marx en la abolición del trabajo es nada más que una expresión teórica del proceso real del desarrollo capitalista. Es decir, Marx solo demuestra teóricamente que la abolición del trabajo es la trayectoria del modo de producción capitalista en sí. Postone expone este punto en su libro, pero no en su entrevista.
¿Por qué es importante esto?
Es importante porque nos permite descifrar el enigma de la contradicción entre la trayectoria histórica del modo de producción capitalista y la agencia del proletariado, que Postone luego analiza. Argumenta:
“Desde el punto de vista del análisis de Marx, la noción de Hegel del desarrollo de la historia humana es una proyección sobre la humanidad de lo que para el capitalismo es realmente válido. Nietzsche y los pensadores que lo siguen, se centran en la contingencia de la historia. Lo hacen porque son conscientes del hecho de que la idea de una lógica para la historia significa en realidad una forma de heteronomía. Para poder salvar la posibilidad de agencia, sin embargo, niegan el tipo de restricciones reales sobre la agencia que la lógica del capital realmente representa. Lo declaran inexistente”.
Nunca he leído a Hegel o Nietzsche, así que no puedo comentar sobre la precisión del punto específico de Postone. Sin embargo, Postone demuestra cómo resuelve Marx la contradicción entre la trayectoria histórica del capital y la agencia proletaria consciente: si bien la agencia significa que nuestras acciones conscientes llegan a un resultado deseado, adquirimos libertad de acción real sólo en tanto que nuestra actividad es coherente con la trayectoria histórica del capital. Si la trayectoria histórica del modo de producción capitalista se dirige hacia la abolición del trabajo, como lo sostuvo Marx, somos “libres” de acelerar este proceso. El alcance que la acción consciente libre tiene, no es ilimitado; está limitado por un proceso objetivo, una lógica que es históricamente específica.
Lo que convierte a Postone en uno de los más grandes pensadores del marxismo de posguerra, es que demuestra que el proletariado está restringido de realizar ninguna otra acción que no sea su auto-abolición. Esta restricción está determinada, pero no es “determinista”; es decir, el proletariado es de hecho “libre” de tomar sus propias decisiones políticas. No hay nada en el argumento de Postone que indique que el proletariado sólo pueda actuar por su autoabolición. El proletariado, por lo tanto, es incluso libre de luchar en contra de la trayectoria histórica del modo de producción, cuya lógica es volverle superfluo para la producción de riqueza material.
Y esto, como es lógico, hace que el proletariado, para el cual el trabajo es esencial, sea un bizarro compañero de la clase capitalista. La acusación de que la teoría de Marx es determinista, la hacen quienes afirman que Marx argumentó que el proletariado sólo puede actuar para abolir el trabajo. Marx nunca presentó ese argumento. Es completamente posible que el proletariado actúe de tal manera que intente evitar la abolición del trabajo.
Esto no solo es una posibilidad, el modo de producción capitalista opera de un modo en que eso se hace casi inevitable. El trabajador se vuelve superfluo para la producción de riqueza material de tal forma que experimenta este evento como una pérdida. No puede vender su fuerza de trabajo, no puede alimentar a sus hijos, se ve amenazada por el hambre. Con la división del trabajo, se le pone a competir con otros de su clase y se le fuerza a bajar su salario. Puesto que el modo de producción opera para ventaja de los propietarios del capital y para la producción de plusvalía, la abolición del trabajo siempre ocurre de un modo que reduce su subsistencia mientras reduce la necesidad de su trabajo.
El comunismo entonces hace su aparición primero como una población excedente de trabajadores que han quedado completamente fuera del capital. La emancipación del trabajo aparece primero como la liberación, de este o aquel grupo de trabajadores, de la producción — son expulsados de la industria. La lógica del capital, por lo tanto, no solo es oscura, sino que se auto-oscurece, porque se desarrolla de un modo que ofusca su propia lógica.
Si el comunismo hace su primera aparición como una población excedente de trabajadores y una masa de capital excedente, la sociedad (es decir, tanto el capital como el trabajo) responde a esta aparición llamando al estado a poner estos ‘recursos’ excesivos en funcionamiento. El potencial que genera el capital para la emancipación del trabajo de la sociedad se expresa políticamente sólo en una forma que busca evitar que ese potencial se realice.
Como cuestión práctica, la sociedad solo está respondiendo racionalmente a la aparición repentina de desempleados que no pueden encontrar trabajo, una masa de mercancías que no se pueden vender e innumerables fábricas obligadas a permanecer inactivas debido a la crisis. Que esta crisis también sea, al mismo tiempo, precursora de la nueva sociedad, en absoluto es obvio para nadie. (Si no fuera cierto esto, ¿para qué necesitaríamos la teoría?). El hecho de que la crisis solo demuestre que, bajo las condiciones técnicas existentes, las horas de trabajo son demasiado largas, no tiene sentido aquí. En el modo de producción capitalista, el empleo del trabajo está determinado por la ganancia y la ganancia está determinada por la duración del día laboral social.
No importa que, técnicamente, la crisis muestre que las horas de trabajo son demasiado largas, la relación capitalista, compuesta por trabajadores y capitalistas, comprende empíricamente esta realidad técnica en su forma negativa: no es suficiente para mantener las relaciones sociales de producción existentes. El funcionamiento del modo de producción está determinado solo indirectamente por sus condiciones técnicas, pero directamente por sus condiciones sociales. Ningún capitalista jamás introduce mejores medios de producción a menos que esta introducción aumente las ganancias; ningún trabajador condiciona la venta de su fuerza de trabajo a que esta fuerza de trabajo sea empleada ‘productivamente’ por el comprador. Las condiciones de la producción capitalista nunca están determinadas por condiciones técnicas que entran en escena solo como un reflejo de las fuerzas sociales.