Paul Volcker, el “mandato dual” de la Fed y el futuro del capitalismo

por Jehu

Al castellano: Non Lavoro

https://therealmovement.wordpress.com/2013/08/08/paul-volcker-the-feds-dual-mandate-and-the-future-of-capitalism/


 

Aquí hay dos cosas que nunca antes habían sucedido:

Lo primero que nunca antes había sucedido es la caída en la participación en la fuerza laboral desde 2001:

civlabpartTasa de participación en la fuerza laboral civil 1948-2013 (BLS)

Desde aproximadamente 1963, la participación en la fuerza laboral ha aumentado cada año durante más de 30 años. Alcanzó su punto máximo en 1997-2000 y luego comenzó a caer, al principio gradualmente, luego más rápido.

¿Por qué es importante esto que nunca había sucedido antes? Entre 1963 y 1997, la creciente masa de fuerza laboral empleada servía como medio para que una creciente masa de ganancias encontrara un lugar en la producción. Este lugar era, por supuesto, totalmente improductivo en valor de uso, pero era un medio para acumular valor. Esto es absolutamente necesario porque un aumento en la masa de ganancias debe conducir a un aumento en la masa de fuerza de trabajo  empleada. Claramente, desde 2001, esto no ha ocurrido en los EE. UU.; cada año ha habido una disminución en la porción de fuerza de trabajo empleada.

Esto me dice que el estado fascista ya no puede aumentar la masa de fuerza de trabajo empleada en los Estados Unidos. Ha renunciado a esto y, aunque de mala gana, ha aceptado que la masa de fuerza laboral empleada en los Estados Unidos ya no puede aumentar indefinidamente. Por otro lado, esto ha dejado una masa cada vez mayor de fuerza de trabajo (de trabajadores) que no puede encontrar su lugar en la producción. Estos trabajadores están ahora excluidos de la producción y forman una masa de fuerza de trabajo completamente superflua. Esto no es, como algunos alegan, un ejército de reserva de trabajo, sino trabajadores completamente superfluos, que nunca pueden encontrar un lugar en la producción. La diferencia entre una masa superflua de trabajadores y un ejército de reserva es que este último es cíclico, mientras que el primero es permanente.

Admito que podría estar equivocado en esto, pero si estoy en lo cierto las horas de trabajo deben reducirse, y ahora ya. No hay alternativa.

La segunda cosa que nunca antes había sucedido es una caída en el producto real (el PIB):

United States GDP 1920-2010 (BEA)PIB de Estados Unidos 1920-2010 (BEA)

El PIB no había caído año tras año en términos de dólares desde el final de la Gran Depresión. Por supuesto, el PIB denominado en términos de oro ha caído durante varios años dos veces desde la Gran Depresión. Pero, a pesar de esta caída real, el PIB nominal ha aumentado secularmente gracias a la política económica del estado  fascista. La cima del PIB denominado en dólares no tiene precedentes y debe tomarse como un síntoma del colapso de la política económica del estado fascista.

Por lo que puedo decir, nadie ha unido estas dos cosas con el miedo a la deflación de principios de siglo. Claramente, para el 2000 era obvio que la participación de la fuerza laboral había alcanzado su punto máximo, pero el PIB nominal seguía aumentando. Esto significa que la masa absoluta de la fuerza de trabajo empleada había alcanzado su punto máximo, pero la productividad de la fuerza de trabajo seguía aumentando. La alarma en ese momento fue que el punto cúlmine en la participación de la fuerza laboral eventualmente daría lugar a una caída del PIB. Solo sería cuestión de tiempo antes de que este aumento en la productividad se expresara como una devaluación del capital.

Es realmente necesario entender que el PIB nominal no se trata, como lo tratan los economistas burgueses, simplemente de la producción y el consumo de mercancías, sino que también se trata de una medida de la expansión continua de la circulación del capital. Una caída del PIB nominal es una contracción real del capital, una devaluación del capital a una escala sin precedentes. Esta devaluación se produce paralelamente a la contracción de la masa absoluta de fuerza laboral empleada. El empleo de la fuerza de trabajo no tiene otro propósito que la producción de plusvalía. Y la producción de plusvalía no tiene otro propósito que aumentar la masa de capital; el aumento de capital en la forma del llamado PIB. Ahora, tanto el empleo de la fuerza de trabajo como del capital total ha caído por primera vez desde la década de 1960.

El objetivo de la política económica del estado fascista siempre fue asegurarse de que estos dos nunca cayeran. Y entonces, ¿cómo termina este proceso? ¿Dónde nos deja esto? ¿Cuál es la siguiente fase de desarrollo del modo de producción?

En este punto, sabemos que la política del estado fascista ya no puede garantizar un aumento continuo en el empleo y el capital dentro de los EE. UU. Sin embargo, esto no debe confundirse con un aumento del empleo de la fuerza de trabajo y del capital en el mercado mundial en su conjunto. El empleo de la fuerza de trabajo no es lo mismo que el empleo de la fuerza de trabajo estadounidense. Y la expansión del capital en circulación no es lo mismo que la expansión del capital dentro de los Estados Unidos. De esto se desprende que, como dice Paul Volcker:

“Sé que está de moda hablar de un “mandato dual”: la afirmación de que la política de la Fed debe orientarse hacia los dos objetivos de la estabilidad de precios y el pleno empleo. De moda o no, encuentro que ese mandato es operacionalmente confuso y, en última instancia, ilusorio. Es operacionalmente confuso al generar un debate incesante en la Fed y los mercados sobre en qué dirección debería inclinarse la política mes a mes o trimestre a trimestre con una inspección minuciosa de cada pasajera estadística. Es ilusorio en el sentido de que implica una compensación entre crecimiento económico y estabilidad de precios, un concepto que pensé que hace mucho tiempo había sido refutado no solo por los ganadores del Premio Nobel sino por la experiencia.

Después de todo, la Reserva Federal sólo tiene un instrumento básico en lo que respecta a la gestión económica: la gestión de la oferta de dinero y liquidez. Si se le pide que haga demasiado, por ejemplo, acomodar políticas fiscales equivocadas, hacer frente a los desequilibrios estructurales o cuadrar continuamente los círculos hipotéticos de estabilidad, crecimiento y pleno empleo, inevitablemente se quedará corta. Si en el proceso de intentarlo pierde de vista su responsabilidad básica por la estabilidad de precios, un asunto que está dentro de su rango de influencia, entonces esos otros objetivos estarán fuera de su alcance”.

 

En este argumento, el término “estabilidad de precios” es simplemente un eufemismo para “producción de plusvalía”. El término “estabilidad de precios” tiene un significado exacto — preciso — en la economía neoclásica, donde el precio de una mercancía incluye una tasa promedio de ganancia. Es decir, el precio de las mercancías debe incluir una tasa de ganancia promedio. El estado nos ha estado diciendo durante 30 años que un “mandato dual” significa empleo para nosotros solo mientras haya una tasa de ganancia promedio. La “estabilidad de precios”, es decir, una tasa de ganancia promedio, ya no es compatible con el aumento del empleo de la fuerza de trabajo en los Estados Unidos.

La “estabilidad de precios”, por lo tanto, significa que la Fed tiene la responsabilidad de asegurarse de que todos los precios incluyan una tasa de ganancia promedio. Esto, sugiere Volcker, es ahora incompatible con el requisito de expandir en general el empleo de la fuerza de trabajo en los Estados Unidos. Según Volcker, el “mandato dual” debería descartarse, es decir, la Fed ya no debería preocuparse por el empleo de la fuerza de trabajo solo en Estados Unidos.

Por decirlo en términos que puedan ser entendidos por la izquierda: los están despidiendo, volviéndolos superfluos, abandonados. ¡Están jodidos! Pueden quejarse todo lo que quieran de que “no hay suficientes empleos”, pero sus empleos nunca fueron importantes para empezar, imbéciles. Son el producto. ¡Despierten de una puta vez!

De verdad que tenemos que resolver esto antes de que pase otra década de lucha infructuosa, golpeándonos la cabeza contra el  Wall-Mart. Le sugeriría a la izquierda que lea el artículo de Volcker. Y cada vez que él use el término “estabilidad de precios” simplemente sustitúyanlo por “producción de plusvalía”.

Los teóricos laborales deben investigar el concepto de “estabilidad de precios” y su relación con el concepto neoclásico de precio. Si, como afirma Sam Williams, la definición neoclásica de precio ya incluye las ganancias del capital industrial, la estabilidad de precios solo puede significar estabilidad de las ganancias industriales. Lo que significa que el estado fascista se asegura de que siempre haya una tasa promedio de ganancia a través de sus políticas económicas. Si esto es cierto, y si nos enfrentamos a una sobreacumulación absoluta, esto significaría que el estado fascista está siempre restringiendo los salarios. Está usando su poder de falsificación de la moneda para devaluar los salarios reales.

 

¿Pueden los teóricos laborales entender esto? Si Volcker dice que la “estabilidad de precios” ya no es compatible con el pleno empleo en los Estados Unidos, está diciendo que el estado fascista ya no puede garantizar una tasa de ganancia promedio ni evitar el surgimiento de una población superflua de trabajadores en los Estados Unidos. Esta es una vulnerabilidad crítica en la capacidad del estado fascista que deberíamos estar explotando.

 

Pero, y este es el puto punto, ¡solo puedes explotarlo si sabes que existe!